La «fiebre» de las setas llama a las puertas del otoño y a las de miles de aficionados que cada año se hacen a los montes valencianos para recolectar estos hongos. Y esta temporada están de enhorabuena. Las lluvias de finales de agosto y las de inicio de septiembre hacen augurar una buenatemporada, al menos en sus inicios. Si la humedad se mantiene, la estación podría durar hasta febrero o marzo.

Así lo indicó a Levante-EMV José Álvarez, expresidente de la Sociedad Micológica Valenciana (Somival). «Este año va a haber buena colecta de casi todas las especies, pero sobre todo de rovelló, el más buscado en la C. Valenciana», explicó. «Lo importante „reitera„ es que llueva, y que lo haga poco a poco, como hasta ahora, sin que arrastre los sedimentos».

Este año los micólogos y aficionados se frotan las manos, ya que el ejercicio anterior fue uno de los peores en lustros debido a la sequía. «Podremos encontrar en zonas boscosas y en monte bajo buenos ejemplares, pero hay que ir con cuidado con los venenosos», alertó Álvarez.

Identificación de las mortales

Aunque cada año saltan las alarmas por estas fechas sobre la presencia de setas venenosas («en la Comunitat Valenciana hay de todas ellas», según Álvarez), lo cierto es que con algunas precauciones no hay por qué correr peligro. Por ejemplo, se puede acudir a Somival cada lunes y, de forma totalmente gratuita, los expertos identifican los ejemplares que puedan resultar dañinos para la salud y los que no. También aconsejan sobre formas de conservar, e incluso de cocinar, estos productos de la tierra presentes en el plato durante la época invernal.

Otra de las recomendaciones que no hay que perder de vista para encarar la temporada es la referente al transporte. «Nunca hay que llevar las setas en bolsas de plástico. A parte de que se pudren fácilmente, está prohibido y puede acarrear multas de hasta 300 euros», aclara el portavoz de Semival. «Las setas son un 90 % agua, por lo que lo que mejor le va son canastos bien ventilados». Tampoco hay que mezclar los que sean de distinta especie (según los micólogos, hay cerca de 1.900 especies catalogadas en territorio valenciano). Fiarse de las tradiciones (que se las coman los animales, que si le pones una moneda de plata ennegrece, etc...) tampoco entra en el manual. Ante cualquier duda, lo mejor es llevarlo ante expertos y guardar siempre un ejemplar en la nevera para su posterior análisis.