La plaza a rebosar de ciudadanos solidarios con la causa del metro, en la primera concentración «postsalvados» de mayo, inspiró al profesor de Derecho Penal de la Universitat de València Vicente Baeza para crear un peculiar grupo de trabajo. «Vi que el caso podía resurgir y pensé: ´¿Cómo retomarlo?´ Se me ocurrió hacer partícipes a un grupo de estudiantes de Derecho, para que aprendan y trabajen el aspecto docente, pero también jurídico y social de un caso real». Así que desde el verano veintitrés estudiantes de Derecho y futuros juristas „bautizados por ellos mismos como el GEM (Grupo de Estudiantes del Metro)„ se encargan de practicar una «autopsia judicial» al caso del accidente del metro para «contribuir al esclarecimiento de la causa injustamente cerrada, para que se reabra», asegura el profesor.

«La respuesta fue fabulosa. Ha sido un verano de trabajo intenso, pero los alumnos aún me llamaban y me decían: "¿Qué más?"», explica Baeza a Levante-EMV. En estos meses los alumnos han diseccionado la causa judicial de metro, con la catarata de providencias, autos y recursos que se produjeron entre el 3 de julio de 2006 y mayo de 2008, cuando se archivó definitivamente la causa. Pero también han analizado en profundidad la comisión de investigación parlamentaria del accidente del metro que se celebró en las Corts el 27, 28, 31 de julio y 1 de agosto de 2006. «En apenas cuatro días se formularon más de mil preguntas, un volumen de información que revela la dificultad que se tuvo para poder estudiar todo lo que allí se ofreció», señala Baeza.

El GEM, en su trabajo, ha seguido el método docente del doctor Baeza, que consiste en la descomposición de los hechos y de la figura típica, para llevar a cabo un análisis cuantitativo y cualitativo, y de ese modo poder establecer la correlación entre los hechos y figura delictiva. Para ello, cada estudiante se ha encargado de seguir a uno o varios de los 32 comparecientes para establecer qué se le preguntó y quién lo hizo, y qué respondió, cómo lo hizo y a qué no respondió. Los resultados estarán en breve. A partir de esta información, los alumnos del GEM van a determinar cuántos de los comparecientes pudieron incurrir en alguna de las modalidades de conducta que tienen cabida en el art. 502.3 y para ello han realizado un estudio comparativo entre algunos delitos de falsedad documental y de los delitos de falso testimonio, regulados en los artículos 390, 458, 459, 460 y 502 del Código Penal. «Se trata de ser exquisitos para que no haya quiebras y conseguir una base sólida, fundamentada en el trabajo de los alumnos», apostilla el profesor y añade: «a ninguno de los comparecientes en la Comisión Parlamentaria se le podía escapar la repercusión que sus declaraciones podría tener en la investigación que del accidente se estaba realizando por el Juzgado de Instrucción nº 21 de Valencia».

Mar, una de las estudiantes del GEM, que inicia 4º curso de Grado, explica: «Todo lo que trabajamos es para saber y fundamentar con base muy sólida, para que, como nos dice el profesor Baeza: «cuando peguemos un portazo, no se abran las ventanas». «Yo ya no soy ni alumna suya, pero como es tan buen profesor...», explica Paloma, que ya estudia 5º de la licenciatura, y quien defiende que el GEM «funciona muy bien como proyecto. Somos muy rigurosos. Trabajamos con método para que las posibles lagunas se queden atrás». Para Francisco, un estudiante de Derecho de Teruel, la mayor virtud del GEM es «la posibilidad de ver la realidad en primera línea. Y a nivel docente es muy acertado e ilustrativo».Muchos de los alumnos conocían vagamente qué sucedió el 3 de julio de 2006 y algunos, los más jóvenes, ni siquiera recordaban que 43 personas murieron hace siete años por el sencillo gesto de coger un metro que nunca llegó a su destino. Pero la pasión con la que Baeza imparte sus clases ha contagiado a los 23 alumnos del GEM. «¿Faltar a la verdad es igual que mentir?», pregunta gesticulando en una de las citas del grupo de trabajo. Silencio en el aula. «No, puede ser incluso más. También se falta a la verdad guardando silencio, por tanto debemos determinar los silencios que son relevantes en orden a la finalidad de la comparecencia. Eso es lo que debemos averiguar».

Los encuentros del GEM avanzan de forma lenta pero segura para afianzar los conceptos en los alumnos. «¿Es posible la comisión culposa del delito de falso testimonio? ¿Se podría tipificar el falso testimonio por imprudencia? ¿Por qué?». Baeza lanza las preguntas al aire, para que calen en los alumnos y aprendan a diseccionar y construir la argumentación jurídica en el intrincado mundo del derecho penal, en general y también en el «asunto del accidente del Metro». Su plan de trabajo no se modificará por la investigación judicial, pase lo que pase. Y entre los tipos y los tractos el profesor lanza frases de esas que se clavan en la memoria de los alumnos: «No busquéis. ¡Encontrad!».