Cuentan que en España el reconocimiento suele llegar tarde, mal y nunca. Sin embargo, al científico valenciano Juan José Gómez Cadenas le ha llegado en el momento justo. El director del Grupo de Física de Neutrinos del Instituto de Física Corpuscular (IFIC) de Valencia se ha convertido en el primer físico experimental de partículas español en lograr una beca «Advanced Grant», el programa de investigación de mayor prestigio que financia la UE. Este espaldarazo europeo es vital para el proyecto NEXT que lidera Gómez Cadenas, que estaba al borde de entrar en vía muerta por falta de financiación. Se trata de un experimento único en el mundo que servirá para explorar cuestiones claves en física fundamental que permitirán conocer mejor la naturaleza y el funcionamiento del Universo.

Las «Advanced Grant» que concede el Consejo Europeo de Investigación (ERC por sus siglas en inglés) «permiten a los directores de investigación reconocidos como excepcionales de cualquier nacionalidad y edad realizar proyectos pioneros de alto riesgo que abran nuevos caminos en sus respectivos campos de investigación», explica el ERC en su página web. Esta beca altamente competitiva, menos del 10 % de aspirantes la alcanzan, ofrece a investigadores «líderes en su ámbito» una financiación de hasta 2,5 millones de euros durante 5 años para proyectos en la frontera de la ciencia «muy ambiciosos, pioneros y no convencionales».

Liderazgo investigador

El reconocimiento europeo al liderazgo investigador de Gómez Cadenas, nacido en Cartagena en 1960 pero criado en Sagunt, es la segunda pica que pone la ciencia valenciana en Europa, pues hasta hora sólo el director del Instituto de Química Molecular (IQMol) de la Universitat de València (UV), Eugenio Coronado, era el único científico valenciano en posesión de una «Advanced Grant».

El proyecto NEXT que impulsa Gómez Cadenas desde el IFIC, un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la UV, es el experimento más ambicioso que se está realizando en España en física de neutrinos. Esta misteriosa partícula, de las 12 elementales que existen, es la que tiene menor masa, pues ésta es un millón de veces menor que la del resto. Si a esto se añade que carece de carga eléctrica se entiende que apenas interactúe con el resto de la materia y se la conozca como la partícula «fantasma». De hecho, cada uno de nosotros somos atravesados por miles de millones de estas diminutas partículas cada segundo sin que nos enteremos de ello.

El objetivo de NEXT es arrojar luz sobre uno de los seis interrogantes más importantes de la física actual: la naturaleza del neutrino. El detector desarrollado por el equipo que dirige Gómez Cadenas aspira a comprobar si efectivamente el neutrino es su propia antipartícula, una propiedad única que no se da en el resto de partículas y que hasta ahora no se ha experimentado directamente.

NEXT, a medio construir y cuya financiación a través del programa Consolider CUP se agota en 2014, está compuesto por un tanque de acero-titanio de un m3 con 100 kilos de gas xenón a presión y una Cámara de Proyección Temporal, uno de los detectores de partículas más usados. Para blindar el experimento del «ruido» de los rayos cósmicos que llegan desde el espacio, el detector se alojará bajo 1.000 metros de roca en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (Huesca), a 500 km de Valencia.

El neutrino, ¿un «agente doble»?

El experimento del IFIC esta pensado para detectar un extraño fenómeno hasta ahora no observado: la desintegración doble beta sin neutrinos. En caso de de detectarla, demostraría que los neutrinos son su propia antipartícula. Esto podría explicar por qué toda la materia y antimateria que creo el «Big Bang» hace 15.000 millones de años no se aniquiló entre si y la pequeña cantidad que sobrevivió dio lugar al Universo. Es decir, que si el neutrino fuera a su vez su antipartícula podría haber sido el «agente doble» que decantó la moneda a favor de la materia y, por tanto, gracias a él estemos todos aquí.

Gómez Cadenas adelanta que el dinero de la «Advanced Grant» que va a recibir durante los próximos cinco años servirá «para terminar de construir el detector y realizar el experimento». Si NEXT culmina con éxito la misión para la que ha sido creado y logra observar la desintegración doble beta antes que otros proyectos de la competencia, podría poner a la física de partículas valenciana en la antesala del Nobel.

«A base de coraje y tesón, y con un poco de suerte, saldremos adelante»

La «Advanced Grant» llega como agua de mayo para el experimento NEXT. «Ahora hay muy poco dinero en el sistema español de investigación, por lo que si no recibes financiación europea es complicado seguir adelante», apunta Juan José Gómez Cadenas. Pero además, añade el director del proyecto del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), la beca del Consejo Europeo de Investigación (ERC) aporta un reconocimiento que «sitúa al NEXT de manera importante en el contexto mundial en términos de prestigio, lo que le abre las puertas a una mayor colaboración científica internacional».

Lamenta que el sistema de ciencia «en España, al igual que en otros países, tiende a ser conservador y conseguir que se acepten ideas innovadoras como NEXT cuesta un cierto tiempo». Por ello opina que el respaldo que ha obtenido desde el ERC «contribuirá sin duda a disipar dudas y reticencias sobre la viabilidad del proyecto».

Este reconocimiento internacional al experimento es también una garantía de supervivencia del grupo de investigación que ha forjado Gómez Cadenas durante los últimos cinco años. Integrado por 20 jóvenes doctores valencianos y del resto de España, Rusia, EE UU, Gran Bretaña y Portugal, «es un equipo humano extraordinario y muy preparado». «Si lo llego a perder por falta de financiación el daño hubiera sido irreparable», advierte.

Gómez Cadenas se muestra muy preocupado por los recortes en investigación. Sin embargo se siente orgulloso del magnífico equipo con el que cuenta así como de la colaboración internacional que gestiona el experimento. «A base de coraje y tesón, y con un poco de suerte, saldremos adelante», concluye. r. m. Coll valencia