Quesa y Villena son en estos momentos testigos mudos de la fiebre minera desatada por la demanda de materias primas que llega de China. La firma de ingeniería Inema, con sede en el parque tecnológico de Paterna, acaba de obtener permiso para iniciar una campaña de investigación en Quesa, Bicorp y Navarrés.

Luis Cólliga, ingeniero jefe de Inema, confirmó ayer que en los próximos días mantendrá una reunión con los responsables de los municipios afectados para iniciar en breve una campaña de prospección en una concesión de 35 cuadrículas mineras (1.035 hectáreas) en el municipio de Quesa, mayoritariamente, aunque con ramificaciones en Bicorp y Navarrés.

Inicialmente la empresa recurrirá a la exploración magnetométrica mediante equipos especiales capaces de detectar anomalías en el subsuelo.

El magnetómetro es un equipo portátil que permite la detección de variaciones locales en la intensidad del campo magnético terrestre también llamadas "anomalías magnéticas". Además de detectar aquellos espacios en los que la "anomalía" es mayor y por tanto más abundante la presencia de materiales férricos, su uso permite también una primera aproximación a la potencia o espesor de los depósitos, aunque estos no tenga reflejo en superficie.

Una vez detectados y evaluados en una primera inspección, Inema tiene prevista la realización de sondeos que ofrecen una información más precisa. La empresa ha presentado y obtenido la aprobación para el plan de restauración necesario en el caso de que finalmente se realicen los sondeos.

La exploración cuenta con una baza a favor: la existencia de antiguas minas de hierro en Quesa ya citadas por Madoz (1846-1850) y que estuvieron en funcionamiento hasta finales del XIX. Además, el mineral de hierro en Quesa está formado por magnetita, lo que denota una elevada ley que multiplica su rentabilidad.

Luis Cólliga lamentó ayer la tardanza en la obtención del permiso. "Hemos estado casi un año solo para que nos autoricen a investigar", subrayó el ingeniero. Su empresa mantiene "intacto" el interés por el yacimiento, sobre el que ha realizado ya algunas mediciones "no invasivas" y cree que los estudios confirmarán la viabilidad de la explotación.

Demanda creciente

Según el ingeniero, si tuvieran autorización para explotar la concesión, "todo el mineral de hierro se estaría vendiendo a buen precio". La razón del incremento del interés por este tipo de yacimientos es la creciente demanda de materias primas de China, explicó.

En la actualidad existen al menos cuatro solicitudes de permisos para buscar recursos mineros de hierro y también dos pequeñas explotaciones con autorización vigente en Betxi-registrada por Lubasa- y Villena donde no se extrae mineral.

Inema SL es titular del permiso de investigación "Quesa II", de 35 cuadrículas mineras-más de 1.000 hectáreas de superficie- y tiene solicitada autorización para explorar 129 cuadrículas en Villena-permiso "Kepler"-donde se concentra el interés de las compañías.

Una empresa con sede en Zaragoza Ría 2002 S.L. tramita los permisos denominados "Alejandra" y "Pilar" de 2 y 8 cuadrículas mineras respectivamente y situados también en Villena, donde se ubica la explotación "Teodoro".

Según Luis Cólliga, la concentración de mineral en Villena ofrece un gran interés. "Hay mucho inversor chino interesado, pero cuando les explicas que solo para obtener los permisos de exploración hace falta un año y que para abrir la mina los permisos pueden tardar entre seis o siete años como mínimo-en Extremadura son dos- se asustan y se van a Marruecos".

El "Cerro Negro" de Quesa concentra la mayor acumulación de mineral de hierro visible y en sus alrededores, que todavía hoy están plagados de escoria, se abrieron algunas de las minas de las que existe memoria histórica en esta población. En 1797, el botánico Antoni Josep Cavanilles describía en sus "Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia" una "mina de hierro negro compacta" en la partida del Cañaret. Cerca de allí, a finales del siglo XIX y XX se denunciaron varias explotaciones para extraer la magnetita, aunque la mayoría se redujo a algunas catas y un pozo. En 1898 se denunciaron las concesiones "San Isabel", "San José" y "San Vicente" y en 1911 "La Megaduta". Los restos de estas explotaciones son apenas perceptibles ahora, aunque el color negro del mineral está por todas partes en este recóndito rincón de Quesa, muy próximo al embalse de Tous . j.S. valencia.