Diez estaciones de la Línea 1 de Metrovalencia sufrieron ayer durante más de dos horas un fallo en el suministro eléctrico que dejó abiertas las puertas canceladoras de acceso al subterráneo, y apagó las máquinas de cancelación y venta de billetes. En el tramo afectado, que comprendió desde la estación de Empalme a San Isidre, también dejaron de funcionar los ascensores, escaleras mecánicas y la iluminación de los andenes.

Si bien la circulación de los trenes pudo continuar, esta situación provocó que no se pudiera realizar el control habitual de acceso de los pasajeros y que pudiera colar- se gente, pese al refuerzo de personal efectuado para abordar la incidencia.

Fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) explicaron a este diario que la avería en el suministro eléctrico comenzó sobre las 13.15 horas y se alargó hasta las 15.00 horas en el tramo que va de Empalme (al aire libre) y hasta Patraix (estación subterránea). Posteriormente sobre las 15.20 horas se solventó el problema en la estación de San Isidre, y unos 40 minutos después en la de Safranar.

Respecto al resto de las estaciones de la Línea 1- la más extensa y con mayor número de paradas-, aquellas que quedan al aire libre no se vieron afectadas y las máquinas de cancelación y suministro de billetes funcionaron con normalidad ya que quedaban fuera de la zona de este suministro, según señalaron desde FGV.

Las mismas fuentes indicaron que la circulación de los trenes no se vio condicionada y que las estaciones contaban con las luces de emergencia, a lo que se añade que tampoco funcionaban los paneles de horarios electrónicos.

Asimismo, indicaron que se reforzó la atención al pasajero y la seguridad en los puntos con mayor afluencia, si bien explicaron que siendo fin de semana y puente se contaba con un equipo limitado y que lo que se hizo fue reorganizar las personas disponibles.

Puertas de par en par

Con el fallo del suministro energético las puertas canceladoras que dan acceso a las estaciones subterráneas quedaron abiertas. Desde FGV explicaron que los trabajadores de la empresa podían comprobar quién llevaba billete o no, pero no a todo el mundo debido a la falta de personal en ese momento. Del mismo modo, durante las dos horas de la avería los pasajeros no pudieron hacer uso de las máquinas de venta de billetes.

Destacaban que en el momento del día en las que se produjo la avería, y siendo domingo, la afluencia era mucho menor que el resto de la semana, pero también reconocieron que «hay que hacerse a la idea de que habrá gente que ha pasado de forma gratuita».

Tanto ascensores como escaleras mecánicas dejaron de funcionar con el apagón, condicionando el acceso a personas de movilidad reducida aunque desde la empresa de transporte no registraron ninguna incidencia de seguridad al respecto. Bomberos de Valencia confirmaron que no tuvieron que realizar ningún rescate en ascensores.