El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció ayer su voluntad de ser candidato a las elecciones autonómicas de 2015; una declaración con la que intenta zanjar el debate abierto sobre su propia sucesión y acallar las voces críticas que dentro de su partido apuestan por un relevo en su cartel electoral dentro de año y medio. Cansado ya del cuestionamiento interno, Fabra decidió dar un golpe de efecto y, por sorpresa, durante la clausura de unas jornadas parlamentarias, aseveró que peleará por la presidencia.

Presidencia se aseguró de que todos los pesos pesados estarían en una clausura que tradicionalmente se celebra a puerta cerrada, pero que ayer se decidió que fuera abierta a los medios de comunicación. En el salón del hotel donde se celebró el acto había algunos asientos vacíos, pero los principales referentes del PPCV acudieron a la llamada de Presidencia. Ahora bien, según las fuentes consultadas, prácticamente ninguno conocía las intenciones de Fabra.

Desde la primera fila escucharon al presidente, los presidentes provinciales, Alfonso Rus, Javier Molines y José Císcar; así como el Consell al completo, diputados autonómicos y nacionales y senadores. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, llegó una vez iniciada el discurso, pero a tiempo de escuchar el anuncio: "He estado con vosotros, estoy con vosotros y estaré con vosotros encabezando la candidatura del Partido Popular", proclamó Fabra cuya voz se perdió en medio de una prolongada ovación. Entre el público también se encontraba la diputada nacional y recién nombrada secretaria de Formación, Susana Camarero, quien en ausencia de Esteban González Pons, ejerció de la persona con más influencia en la dirección nacional. Si Génova estaba o no al tanto del anuncio fue uno de los comentarios que más pudo oírse en los corrillos. La mayoría de las fuentes consultadas coinciden en afirmar que al margen de lo que en su momento Fabra y Rajoy hayan podido hablar en privado, el presidente fue ayer por libre, ya que su principal propósito era evitar que siga alimentándose el debate sobre su propia sucesión.

Dirigentes del PP entendían que era necesario que Fabra diera un golpe de timón. Hasta ayer y cuando era preguntado sobre si sería o no candidato, Fabra eludía el asunto al indicar que la decisión dependía de Génova, una respuesta que para algunos incidía en su propia debilidad. Recientemente, en una entrevista en Nou, Fabra ya evidenció que estaba harto del debate cuando respondió al ministro Margallo (uno de sus principales críticos junto a Rus y Barberá) que si el PPCV se hundía en las europeas el fracaso sería compartido.

Fabra admitió que para ganar es necesario "un partido fuerte que sea capaz de trasladar nuestros argumentos a afiliados y simpatizantes". Y pidió la implicación a alcaldes y diputaciones: " No debemos tener miedo a nada, lo que hemos hecho era porque era la única posibilidad de poder salir adelante", apostilló en alusión a los recortes. Tras su discurso, varios de los presentes se acercaron a felicitarlo, entre ellos, la alcaldesa Barberá.