Rabia, indignación y lágrimas invadían ayer la redacción de Canal 9 en el primer día tras conocer su cierre definitivo. Sentimientos contrapuestos y mucha, mucha tensión informativa. Los trabajadores saben que si el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no da marcha atrás, y todo apunta a que no lo hará, pasarán a engrosar las listas del paro. Pero como aseguraba uno de los empleados con los que habló Levante-EMV, "moriremos con las botas puestas".

Y tanto que lo hicieron. Unidades móviles a todos los puntos de la Comunitat Valenciana y casi todos los cámaras y periodistas movilizados para preguntar por los municipios valencianos por la liquidación de la televisión pública valenciana.

La redacción de Informativos, la más grande, llena hasta la bandera y produciendo vídeos e informaciones a pleno rendimiento. Esmeralda Velasco, la jefa de este departamento que dimitió horas después, dando directrices sobre las noticias que había que hacer. Una redactora hablando por teléfono mientras se secaba las lágrimas y otra editando los letreros que acompañan a las imágenes, los más duros y contundentes que se recuerdan.

En la redacción de Deportes, en una planta superior, el ambiente estaba más calmado. Las referencias al cierre eran menores y el nivel de movimiento también. Eso sí, los recuerdos a los equipos pequeños que se quedarán sin cobertura cuando cierre la televisión eran constantes.

Las zonas "habitadas" del gigantesco edificio contrastaban con las que quedaron vacías tras el ERE, que sacó de la casa a casi mil personas. Platós, la hemeroteca o numerosos habitáculos con mesas y sillas están dese hace meses sin periodistas o técnicos que las ocupen.

En el tablón de anuncios para el personal, numerosas informaciones sobre los despidos y el documento que la dirección hizo circular para que los trabajadores estamparan su firma en defensa de la gestión de la ayer dimisionaria directora general, Rosa Vidal. Según fuentes conocedoras de la iniciativa, sólo doce empleados secundaron el escrito. La segunda en la lista, la propia Esmeralda Velasco.

El bar lleno a rebosar de personal que, tras años de terror, criticaban abiertamente la gestión de los directivos puestos al frente de RTVV por los sucesivos gobiernos del PP. "Nos han hundido y se lo han llevado crudo", comentaba un cámara de televisión. Otro, que en su día tuvo un cargo intermedio, preparaba a sus compañeros para lo que tenía que venir por la tarde. "Hay que contar a todos lo que han hecho con la tele", sentenció.