Muerto y enterrado. Es la opinión unánime del sector audiovisual valenciano tras la decisión del Consell de cerrar RTVV. Incluso algunos productores aseguraban ayer que la única salida que queda es "la emigración". Es lo que tiene decidido ya la firma Nadie es Perfecto (Senyor retor), señalaba su responsable -y vicepresidente de los productores valencianos-, Kiko Martínez, desde Los Ángeles. "Tendremos que irnos. Yo me voy a Madrid, porque en Valencia cada vez hay menos espacio para trabajar".

La misma idea lanzaba el presidente de Productors Audiovisuals Valencians (PAV), Ximo Pérez (Era visual), afectado además directamente por la medida como responsable de l'Alqueria Blanca. "Decir que el sector está muerto es poco", subrayaba ayer, "esto es su entierro". "El que quiera trabajar tendrá que irse fuera. Aquí es imposible, porque las televisiones locales no tienen capacidad para encargar producciones a empresas independientes", indicaba.

En la misma línea se pronunciaba otro productor afectado, Ángel Raga, gerente de Mecomlys -una de las valencianas integrantes del grupo adjudicatario de la producción externalizada de RTVV-. "El mazazo es muy grande. El sector queda devastado, muerto", apuntaba.

Es la misma lectura de los acontecimientos que realizaban el día anterior los actores y actrices valencianos. Representantes de toda la industria audiovisual celebraron ayer una asamblea de urgencia en la sede en Valencia de la asociación de productores para plantear una postura común ante una decisión "incomprensible y que guillotina la cultura y las señas de identidad propias", en palabras de Kiko Martínez. "El sector se ve abocado a una comunidad de segunda división", añadía.

Un asunto que queda por resolver es la deuda pendiente aún de RTVV con productoras. La industria logró saldar las facturas hasta 2011. Permanece un paquete -de proporciones menores porque el grifo se cerró en el primer semestre de 2012- por cubrir.