Los miembros del Consejo de Administración de RTVV designados por la oposición Rosa Solbes, Xelo Miralles (PSPV); Rafael Xambó (Compromís) y Manuel Jardí (EU)decidieron en la mañana de ayer mantener la reunión prevista desde días antes pese a la dimisión la tarde anterior de los cinco a propuesta del Partido Popular. Así, poco antes de las 12 horas aprobaban un comunicado con diversas medidas en el que se identificaban como «el consejo de administración en pleno», asumiendo las facultades de este, a pesar de no ser, en número, ni la mitad de la composición del órgano (nueve). Minutos después lo leían en la explanada de RTVV rodeados de trabajadores y despedidos, a uno y otro lado de la valla.

Las alarmas saltaban en Presidencia, donde se advertía que la actuación no se ajustaba a la legalidad. El vicepredisente, José Císcar, indicaba por la tarde que el artículo 18 de la ley 3/2012 de creación de RTVV SAU exige para la adopción de acuerdos es necesaria la participación en el consejo de la mitad más uno de sus miembros. Y este, tras las dimisiones, quedaba reducido a solo cuatro miembros.

Este argumento fue uno de los utilizados para justificar la designación de nuevos consejeros por decreto a fin de reactivar el órgano de gestión, incluída la dirección general, y acabar con la ingobernabilidad.

De esta manera, la aventura de los consejeros de la izquierda finalizaba seis horas después, a eso de las 18.30. Solbes calificó la actuación al margen de las Corts de «cacicada». En la misma línea se manifestaba el resto.

En su efímera experiencia, los consejeros instaron al Consell a readmitir al millar de trabajadores despedidos, en cumplimiento de la sentencia que anula el ERE, y a seguir prestando un servicio público «en los términos contemplados en el Estatuto de Autonomía y suscritos en el contrato programa vigente».

Denunciaron además que la Generalitat «ha estado incumpliendo la compensación económica acordada en el contrato programa, lo cual está comportando unos gastos financieros adicionales que amenazan la cuenta de resultados». Y pidieron a los empleados «mantener el funcionamiento normal de la empresa».