¿Cuándo se oirá el valenciano en Requena u Orihuela? ¿Cómo llegará la lengua propia a los hogares castellanohablantes de Valencia capital o de la mitad sur de la provincia de Alicante? ¿Cómo se mantendrá el estándar oral del valenciano que había logrado penetrar Canal 9 y Ràdio 9 en amplias capas de la sociedad, que saben gracias a la cadena autonómica qué es el travesser, la llotgeta o un escó? ¿Regresarán los ecos de aquella temida diglòssia que establecía que las cosas importantes se decían en castellano y el valenciano sólo servía para las conversaciones informales? Las preguntas se suceden sin que cada respuesta sea más descorazonadora que la anterior. El valenciano es uno de los grandes perdedores, como todo lo minoritario, del anunciado cierre de la antigua Televisió Valenciana. Con su liquidación por orden política, desaparece el único medio de comunicación capaz de emitir un producto -como l'Alqueria Blanca- que llega a más de 600.000 espectadores valencianos a la vez.

Y no es algo voluntario. Lo ordena la propia Ley de creación de RTVV de 1984. En su artículo 2.1 -el primero con contenido verdadero-, se establece que la actividad de los medios de comunicación de la Generalitat se inspire en el principio de "la promoción y protección de la lengua propia de la Comunitat Valenciana". Es cierto que ese objetivo fue deshinchándose con el paso del tiempo. El Canal 9 de los inicios -con todo el doblaje cinematográfico al alza y una programación prácticamente íntegra en lengua propia- poco tiene que ver con la actual. El último informe que analizaba al detalle la cuestión, realizado en 2011, constató que el valenciano había pasado a ser una lengua minoritaria en Canal 9, pues el castellano copaba el 57 % de la parrilla televisiva y el valenciano se quedaba con el 43 % de la programación (publicidad aparte, casi toda ella en español).

A partir de ahora, la lengua de Ausiàs March y Vicent Andrés Estellés pierde su faro audiovisual. Quedarán los espacios en valenciano de Levante TV -con cobertura territorial sobre Valencia y su área metropolitana-, el informativo territorial de TVE o, en la radio, de La 97.7, del mismo grupo editorial de Levante-EMV. Pero los medios tradicionales en valenciano de referencia pasarán a ser publicaciones minoritarias como el semanario El Temps o la revista Saó. En la órbita digital, es cierto, funcionan portales informativos en valenciano como VilawebLa Veu del País Valencià. Y en la prensa diaria impresa, es Levante-EMV el único periódico que publica una página diaria en valenciano en su sección Panorama. Pero la fuerza del audiovisual desaparecerá.

Como señaló ayer Escola Valenciana, "los valencianos nos quedamos huérfanos de medios de comunicación en valenciano. No tenemos prensa escrita, ni radios, ni televisiones que hablen en nuestra lengua. La enseñanza, contando también con todas las trabas que nos pone el Gobierno valenciano, no puede ser el único ámbito para conseguir la normalización de nuestro máximo disparo de identidad y cerrar un espacio comunicativo público como RTVV supone un grave revés para conseguir este objetivo".