Fernando Montoro llegó a Palawan (Filipinas) el pasado mes de mayo para participar en un proyecto de la ONG Marami Pro Asia. Licenciado en Medicina, se encuentra en una zona situada al norte del país donde el supertifón Haiyan „que podría haber segado la vida de más de 10.000 personas„ se ha dejado notar de forma moderada. Ha sido testigo en primera persona de los efectos de la gran tormenta, pero es consciente de que ha tenido mucha suerte.

Ayer, tras varios días sin teléfono ni acceso a internet, atendió a Levante-EMV y narró cómo la tragedia lo inunda todo: «Creíamos que el fenómeno meteorológico iba a entrar por el este para desviarse hacia el norte, que es el recorrido habitual de estos temporales. Sin embargo, el tifón no tomó la dirección esperada el pasado jueves y prácticamente ha cruzado todo el archipiélago. En muchas islas creyeron que no pasaría, tomó una fuerza tremenda y pilló a la gente desprevenida. Todo ha sido un caos total desde entonces».

Poblados derrumbados, infraestructuras arrasadas, incomunicación permanente... Haiyan no ha tenido piedad. «Colaboro en un centro de salud que atiende a una población cercana a las 60.000 personas. Creo que no ha habido muertos en mi zona, hemos sido muy afortunados, ya que el tifón ha pasado cómo de refilón. Lo que sí he visto han sido poblados de chabolas arrasados y nos llegan noticias de muchas bajas en una isla muy cercana. Las atenciones médicas han crecido de forma exponencial desde el pasado jueves», relató el joven valenciano.

Ésta es la sexta estancia temporal que Montoro realiza en tierra filipinas, tras llegar el pasado mes de marzo. «He venido con la intención de quedarme y buscarme la vida. De momento colaboro en el centro de salud», comentó el galeno.

Fernando Montoro ha visto la tragedia con sus ojos. Otros valencianos la sufren desde la distancia. Salvador Villanueva forma parte de comunidad Tulay, que reúne a 60 familias valencianas que han adoptado niños filipinos. «Estamos pendientes de todo lo que dicen las noticias, ya que nos sentimos muy unidos a las islas. Todas las navidades enviamos una ayuda económica, que vamos a adelantar por lo que ha pasado», comentó Villanueva, quien advirtió que algunas de las familias están esperando al niño que van a adoptar y ya lo tienen asignado. «En los últimos días han intensificado los contactos con la gente de allí para ver qué ha ocurrido. La tragedia ha sido muy grande y sólo cabe esperar que no se hayan visto afectados», añadió.