Con la Policía vallando los accesos de las Corts y los altos cargos copando la tribuna de invitados incluido el nuevo director de RTVV, Ernesto Moreno para así desplazar del hemiciclo al comité de empresa (que siguió la sesión desde la Sala Vinatea, por circuito cerrado), compareció ayer el vicepresidente del Consell, José Císcar, para explicar las razones del fundido en negro de Canal 9. Una bajada de persiana que volvió a justificar por que la sentencia del TSJ que le obliga a readmitir a un millar de trabajadores la hace «inviable» y por la necesidad de «priorizar» el gasto social. «El Consell tenía claro que no podía alargar la agonía y se cierra por el interés general», aseveró. Pero los números que avalan la medida siguen sin estar claros. Primero el presidente Alberto Fabra el único miembro del Consell ausente lanzó la cifra de 40 millones y luego Císcar subió el desembolso a 70. Pero ayer el conseller elevó el coste de las indemnizaciones al personal a 105 millones «en el peor escenario», ya que no saben «cuántos empleados no solicitarían el reingreso». «El coste del cierre es de un año; mantener TVV [con 1.600 empleados] costaría 114 millones al año; no lo podemos sostener», explicó.

Por la mañana, en el Foro Europa Tribuna Mediterránea, Císcar proclamó que «ni se privatizará ni se creará una nueva» televisión tras suprimir Nou. Pero abrió la puerta a otras opciones vía convenios con TV para cubrir la función de servicio público, sobre todo en la información en valenciano, que ahora realiza Canal 9. Es voluntad del Consell, avanzó, cumplir con la función que realiza RTVV «vía medios de comunicación, vía otras alternativas, que seguro que las habrá». «Somos conscientes de la importante función de RTVV, especialmente en la información en valenciano, pero no es la única [televisión] que lo hace, hay otros medios públicos y privados que lo están haciendo; lo que se tenga que hacer ya se verá».

La oposición acusó al Consell de haber llevado RTVV al «desastre» y lo emplazó a «asumir responsabilidades». «Usted todavía no ha dimitido por ser el responsable político de un ERE ilegal; vienen a bailar samba sobre el cadáver de RTVV», le asestó Ignacio Blanco, de EU. Pero, sobre todo, le cuestionaron las cifras. Blanco señaló que, a corto plazo, cumplir el fallo no resultaría gravoso porque los despedidos deberían devolver las indemnizaciones y hay provisionados 24 millones, de forma que habría un año para negociar un nuevo ERE. Enric Morera, de Compromís, recordó que en la negociación del expediente el comité de empresa hizo una propuesta, que fue rechazada, que implicaba a un gasto de personal de 41 millones frente a los 31 presupuestados para 2014, «eliminando 121 directivos». «¿Diez millones son la causa del cierre?», se preguntó, para añadir que «no es económica sino ideológica». El socialista Josep Moreno, quien anunció acciones legales contra exdirectivos de TVV e implicó a Císcar (ver página 4), atribuyó la medida al «resultado de combinar la soberbia infinita de un vicepresidente y la incompetencia de un presidente». «Sin Canal 9 solo saldrán en la televisión yendo a Picassent o al TSJ».

«¡'Gossos'! ¿Por qué no trabajan?»

«¿Por qué no se sientan a negociar con el comité de empresa?», preguntó repetidamente Blanco a Císcar. Éste se aferró a que otro ERE no es posible ya que requeriría «la unanimidad de los trabajadores». RTVV intentó un acuerdo, dijo, en el verano de 2012, con una oferta que suponía salvar a 200 empleados del ERE a cambio de bajar sueldos, pero «la mayoría sindical lo rechazó». La decisión es «necesaria» y «no puede demorarse; es la mejor solución posible para el interés general», indicó. El popular Jorge Bellver culpó a la oposición por «jalear» a los sindicatos, «y éstos han imposibilitado la negociación».

Císcar, quien insistió en culpar de la nulidad a la exdirectora, Rosa Vidal, también fundamentó la decisión en que 2011 se cerró con unas pérdidas de 170 millones, en la caída de los ingresos y en que los gastos de personal subían a 75 millones. «Una estructura deficitaria», zanjó Císcar, generada por la gestión del PP. Negó el «clamor social» para salvar Nou esgrimiendo una encuesta de 2012 en la que «el 85 % de los votantes del PSPV y de EU preferían el cierre de Canal 9 a recortes en Sanidad y Educación». El debate fue tenso y Blanco, indignado por que los altos cargos copaban el palco, espetó: «¿Por qué no se van a trabajar, 'gossos'?». Luego lo retiró.