¿Cómo vive estos últimos días de Radiotelevisión Valenciana?

Con sentimientos un poco enfrentados. Estamos aún recuperándonos del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y pensábamos que la Justicia iba a acabar dándonos la razón, como así ha sido. Sin embargo, el día que salió la sentencia de despido nulo y la gente me daba la enhorabuena, yo les paraba un poco los pies porque no lo veía claro... Efectivamente, nos quitaron un trabajo que nos gustaba de forma injusta y sin ninguna explicación, y ahora otra vez lo mismo pues van a hacer un finiquito de Radiotelevisión Valenciana (RTVV) sin tampoco ninguna explicación convicente. Lo que no se puede hacer es un ERE para que se quede la gente que yo quiero, y si el juez no me lo acepta, cierro la televisión. Eso no es jugar limpio.

El día en que Fabra anunció el cierre y la plantilla de RTVV se rebeló autogestionando los informativos la audiencia se triplicó. ¿Qué opina de la información que hicieron sus compañeros?

Por una parte, demuestra a todo el mundo que se puede hacer una televisión diferente, mucho mejor que la que se estaba haciendo. Han demostrado una gran profesionalidad y que incluso no hacen falta jefes para trabajar. Algo que, evidentemente, el Consell no va a permitir porque no parece que sea su Canal 9. Pero, por otro lado, ese crecimiento tampoco es real pues estamos en la cresta de la ola de la polémica. De todos modos, es muy importante que la gente de la calle se esté volcando y demostrando que no quiere la televisión que se estaba haciendo, pero sí una televisión pública y en valenciano que sustente su identidad cultural.

¿Qué pierde la sociedad valenciana sin una televisión pública?

No somos conscientes aún de lo que va a suponer eso. Desde el punto de vista que a mi me afecta: ¿Quién va a dar la información de «l’Oratge» en valenciano? ¿Quién va a acercarse a esos «llauradors» de la C. Valenciana que precisan saber qué tiempo va a hacer? Una de las cosas que más ilusión me hacía de mis inicios en Canal 9 es que me decían que la gente paraba la partida en los casinos para ver «l’Oratge». Somos una autonomía donde la agricultura tiene un peso muy importante, donde gracias a que cada vez se acierta más en las previsiones meteorológicas la gente está muy pendiente de está información en el día a día, o cuando tiene que hacer una actividad al aire libre, en las fiestas de un pueblo o en una celebración familiar. Todo esto se va a perder, y sobre todo se va a perder parte de nuestra identidad, algo que es imperdonable.

¿Cree que es viable en la actual crisis tener una tele autonómica?

Por supuesto que sí. Es viable, necesaria y, además, imprescindible. El proyecto de una televisión en valenciano, pública y de calidad es viable, pero los que digamos dirigen nuestros designios no piensan igual que yo. A la opinión pública se le está vendiendo que una televisión no se puede mantener con 1.700 trabajadores, una idea que comparto. Evidentemente, yo no soy el que ha contratado a toda esa gente, yo no he sobredimensionado RTVV. Como hombre del tiempo tenía un sueldo muy normal. Que nadie se crea que por trabajar en la tele tienes un «supersueldazo». Los trabajadores no somos los responsables, pero creo que todos eramos conscientes de que hacía falta un reajuste, un ERE. Pero un ERE bien hecho, que la Justicia no lo tumbase.

Hay quien culpa del cierre a las víctimas del ERE por recurrir ante los tribunales...

Si claro, eso es muy fácil. Esa es la postura sencilla. También yo he oido que este cierre lo tenían preparado, porque es mucho más barato liquidar RTVV que compensar económicamente a los ya despedidos e indemnizar a los que van a echar ahora. Eso demuestra que no les importa nada tener un ente que vertebre cultural e idiomáticamente a la C. Valenciana. Un recurso al Tribunal Supremo hubiese tardado dos años o año y medio, lo que les pilla en plenas elecciones. Pero como aquí una cosa que no tenemos es mucha memoria, prefieren pasar ahora el mal trago, si es que consiguen superarlo, que dentro de año y medio. Estamos a lo de siempre: sólo les importan sus intereses electorales. ¡Ya va siendo hora de que el resto de la gente despertemos!

Uno de actuales rostros de los informativos de Canal 9, Frederic Ferri, en una entrevista en Levante-EMV señala: «Los trabajadores no deberíamos haber tolerado la censura y el despilfarro» ¿Comparte esa opinión?

Sí, estoy totalmente de acuerdo. Lo que pasa es que cuando estás en un puesto de trabajo que te permite mantener tu economía o la de tu familia, pues a lo mejor no te quejas si no estás de acuerdo. Ahora quizás ya sea tarde. También es cierto que yo tengo sentimientos enfrontados. Cuando el día del anuncio del cierre vi la respuesta de mis compañeros en el plató a la hora de los informativos,con mucha gente detrás, por una parte te emocionas porque ha sido tu casa durante 24 años. Sin embargo, por otra, llegas a indignarte de ver determinada gente ahí que no tiene una plaza, que sabes porqué está trabajando y que probablemente no tenga la competencia de algunos compañeros que ya están en la calle por haber sido más reivindicativos o más contrarios al orden establecido. Eso también te genera cierta crispación y es difícil de digerir. Esta muy bien que se quejen ahora, pero quizás deberían haberlo hecho antes.

¿Entendería un apagón de RTVV sin que se procese a nadie por la ruinosa gestión del ente?

No lo entendería, pero el camino que llevamos parece que va a ser ese. La gente se ha manifestado en la calle contra ese cierre en falso. No creo que haya sólo un responsable, sino muchos.

¿Le sorprende la masiva reacción ciudadana contra el cierre?

Más que sorprenderme, me gusta. El runrún que corría es que a la gente de la calle le iba a dar igual que liquidasen RTVV, pero se han encontrado con una respuesta ciudadana que les ha descolocado. Lo que está claro es que la gente no quiere el Canal 9que tenía, sino que quieren otro: una televisión que les represente.