La presencia de aliados en el cuartel general de la OTAN en Bétera genera situaciones peculiares. Como la de celebrar nueve fiestas nacionales al año: la española y la de cada país presente. Ese día, todos los militares del cuartel forman en la explanada donde están las banderas de los países miembros. Las enseñas se bajan con el himno de la OTAN y se izan con los acordes del himno nacional que corresponda antes de leer una tradición militar de aquel país y hacer un homenaje a los caídos.
Los extranjeros reciben un curso de entrenamiento nada más llegar a Bétera para imbuirse de la filosofía y el funcionamiento del cuartel. A veces, reproducen hábitos de sus compatriotas. Por ejemplo: hay un chalé en la urbanización Los Monasterios de Puçol que siempre alquilan los militares portugueses. Cuando se van unos, sus reemplazos siguen allí. Tanto Los Monasterios en Puçol como la urbanización Torre en Conill de Bétera son lugares muy habituales de residencia para los militares OTAN. La crisis, por cierto, ha provocado un descenso en la llegada porque cuesta mucho dinero a los países tener destinado a un oficial en el extranjero. Ellos tienen una ventaja fiscal: están exentos de pagar IVA en virtud de un acuerdo internacional que también beneficia a los españoles en el extranjero. A final de mes, se les devuelve el IVA pagado.
