El camino para el cierre de Canal 9 superó ayer la penúltima etapa, antes de la aprobación de la ley de supresión de RTVV en el pleno del próximo miércoles. El PP logró aprobar, en segunda vuelta, la designación formal por las Corts de Ernesto Moreno como director general de RTVV, después de que el martes no lograra los votos suficientes para ser proclamado. Lo hizo en una votación ajustada sumó 53 votos cuando precisaba 50 aunque sin una sola fisura y después de movilizar hasta al expresidente Francisco Camps, quien acudió únicamente para emitir el sufragio y luego se marchó. Camps apenas se ha dejado ver por las Corts (acudió a una sesión hace un mes y tras la confirmación de su absolución por el caso de los trajes, en abril pasado) pero ayer no faltó.

La designación por la Cámara era importante porque el Consell nombró el día 7 a Moreno como director provisional, sin pasar por las Corts y tras dictar un decreto ley, una decisión que la oposición ha recurrido al TSJ y al Constitucional. La elección en primera vuelta requería tres quintos (60 votos) y el martes Moreno solo obtuvo 51, ya que no cuenta con el apoyo de la oposición. Ayer, en segunda vuelta, bastaba con la mayoría absoluta (50 papeletas) pero las ausencias habituales en la bancada popular y el temor a posibles fugas en medio de la polémica del diputado Ballester hacían peligrar el veredicto. Al final se cumplieron los pronósticos y Moreno sumó 53 papeletas, 52 de los diputados del PP presentes y el parlamentario no adscrito, Rafael Blasco. Solo faltaron la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y Luis Díaz Alperi, de baja. El barón provincial Alfonso Rus, que el martes no estuvo, sí asistió ayer. La anécdota la protagonizó el popular Antonio Peral, quien se equivocó de urna y depositó la papeleta para la votación del director (de color verde) en la reservada para la elección de los cuatro miembros vacantes del consejo de administración (blancas), que se sustanciaba al mismo tiempo.

Peral se dio cuenta al instante. «¡Ay, no, no, no!», exclamó, pero ya no había remedio. El error fue tan evidente y ante la mirada de la oposición que lo que podría haber sido un motivo de impugnación no planteó problemas. El propio presidente, Juan Cotino, introdujo la mano en la urna con papeletas blancas para cambiarla a las de color verde.

En esa votación, diez papeletas se declararon nulas, ya que los diputados de Compromís y de EU escribieron «RTVV no es tanca», mientras que los socialistas no votaron. Los cuatro consejeros propuestos por el PP (Lluís Bertomeu, Vicente Burgos, José Sarralde y Bartolomé Orozco) resultaron elegidos también por 53 votos, mientras la candidatura de perfil profesional consensuada por la oposición (Javier Andrés, Gómez Mompart, Teresa Cebrián, Ramón Cánovas y Amàlia Garrigós) sumó 41 votos. En la oposición faltaron Mònica Oltra, de Compromís, enferma, y los socialistas Jorge Alarte y Pilar Sarrión.