"No tienen bastante con padecer un cáncer que encima tienen que estar estigmatizados para siempre". Así se expresó ayer Javier Llombart, subdirector de la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc) de Valencia, respecto al Reglamento General de Conductores que limita la renovación u obtención del carnet de conducir a los enfermos que estén en tratamiento de quimioterapia. Esta misma norma, de 2009, establece asimismo que los pacientes en remisión tienen que prorrogar el permiso cada tres años y no cada diez, como a la mayoría de los conductores.

"Roza lo absurdo. Si se tratara de un tumor complicado,como uno cerebral, lo podría entender, pero en el resto de casos no. No veo la imposibilidad de que un paciente que ha pasado un cáncer de piel o de mama pueda coger un coche", indicó a Levante-EMV el doctor Alejandro Tormo, jefe de la sección de Oncología Radioterápica del Hospital La Fe de Valencia. "El 70 % de los pacientes con cáncer se cura, y puede que solo un 10 % se quede con secuelas, por lo que no veo el impedimento para llevar un vehículo de esta manera tan genérica", remarcó.

Pero el Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento General de Conductores no señala solo la imposibilidad de sacarse o renovar el carnet para los que están bajo tratamiento. Regula asimismo a los pacientes que ya han pasado la enfermedad y están en remisión. Para ellos se establece que habrán de pasar tres meses desde que se finaliza el último ciclo de tratamiento hasta el momento de pedir la prórroga, y deberán contar con un informe favorable de un hematólogo. Además, no tienen que haber sufrido anemia, leucopenia o trombopenia severas en el último mes. La renovación la harán cada tres años y no cada diez, como el resto de conductores.

Certificado médico

Con 29 años y curada tras haber sufrido un cáncer de mama, Elena se encontró con la sorpresa de no poder renovar su carné de conducir. Al acudir a una clínica de Alicante para realizarse el reconocimiento médico para la renovación confesó que hace dos años había padecido un cáncer de mama del que ya estaba recuperada. La sorpresa le llegó cuando el facultativo que le estaba efectuando las pruebas le dijo que necesitaba un certificado de su médico avalando su buen estado y demostrando que habían pasado al menos tres meses desde la finalización del tratamiento. La cosa no quedó ahí, sino que Elena se enteró de que,efectivamente, tenía que renovar el carné cada tres años. "Me quedé helada. Es muy duro haber sufrido la enfermedad, es algo que cuesta sacarte de la cabeza, pero lo último que imaginas es que, una vez superada, te traten aún como a un enfermo. Te hacen sentir marcada. Me encuentro perfectamente, soy joven y no sé qué tiene que ver haber pasado un cáncer con el carné de conducir".

El artículo que regula estas limitaciones hace referencia exclusivamente a las personas bajo tratamiento quimioterápico. Sin embargo, en algunos centros donde se realizan las pruebas para la renovación del carné de conducir generalizan y amplían estas limitaciones a cualquier tipo de cáncer, como le ocurrió a Elena quien no fue sometida a quimioterapia, sino a radioterapia.

En cualquier caso, con o sin quimioterapia, personas que han tenido cáncer creen que no hay ninguna relación entre la enfermedad y la capacidad para conducir más allá de los momentos puntuales en los que la quimioterapia puede provocar malestar o vómitos, "pero igual que si tienes una gastroenteritis fuerte o una gripe con 39 de fiebre, no coges el coche esos días y ya está, indicaba una mujer que ha superado un cáncer de colon.