El rumor ha corrido como la pólvora por las redes sociales y se ha convertido en auténtica psicosis, sobre todo entre las adolescentes, que se niegan a regresar a pie a sus domicilios.

El hecho que ha desencadenado la alerta fue la excarcelación, el pasado 14 de noviembre, de dos peligrosos violadores, el del portal, Manuel García Ribado, con 30 agresiones sexuales a sus espaldas cometidas en Madrid entre 1990 y 1993, y el del ascensor, Pedro Luis Gallego, con 18 violaciones y dos asesinatos de menores, los de la vallisoletana Leticia Lebrato y de la burgalesa Marta Obregón en julio de 1992. Ambos han salido a la calle gracias a la derogación de la doctrina Parot que había permitido confinarlos en prisión igual que a Miguel Ricart más allá del tiempo inicialmente previsto con el Código Penal vigente cuando cometieron sus crímenes.

Sólo el primero de ellos, el violador del ascensor, estaba preso en Herrera de la Mancha, la cárcel de Ciudad Real. El otro se encontraba en la prisión madrileña de Alcalá-Meco. Sin embargo, la coincidencia en el tiempo ambos salieron a la calle el día 14 ha extendido en forma de mensaje de móvil el rumor de que ambos se habían quedado en la capital ciudarrealeña, de 70.000 habitantes.

La psicosis se ha apoderado de tal manera de las chica, que los padres están acudiendo a recoger a sus hijas a los institutos y colegios «incluso en casos en que el centro se encuentra a pocos minutos del domicilio».

Los dos mensajes que han circulado a la velocidad de la luz a través de móviles y redes sociales hacían referencia a ambos violadores, tanto a Manuel García Ribado como a Pedro Luis Gallego, de quien incluso alguien llegó a filtrar una fotografía del DNI que renovó hace más de diez años y que ahora acompaña uno de esos mensajes.

La alarma social obligó a la Policía Nacional a desmentir el viernes pasado la presencia del violador del portal en Ciudad Real o en cualquier otro municipio de la provincia manchega.

Así mismo, fuentes policiales han tenido que confirmar que el otro agresor sexual, el del ascensor, ha regresado a su Valladolid natal y que nunca ha estado en Ciudad Real, salvo durante sus primeros años de encarcelamiento, que pasó entre las rejas de Herrera de la Mancha.

Tres depredadores más

El desmentido de la Policía Nacional pretendía, además, tranquilizar a la sociedad ciudarrealeña que aún debe ser testigo de la excarcelación de otros tres depredadores sexuales: Miguel Ricart, coautor del secuestro, tortura, violación y asesinato de las niñas de Alcàsser en noviembre de 1992; Juan Manuel Valentín Tejero, que violó y mató en junio de 1992 a la niña de 9 años Leticia Lebrato en Villalón de Campos (Valladolid); y Emilio Muñoz Guadix, principal responsable del secuestro y asesinato de la joven Anabel Segura, ocurrido en abril de 1993 entre La Moraleja (Madrid) y Numancia de la Sagra (Toledo).