Entre las preguntas que se formularon a Fabra cuando acabó su alocución no faltó la relativa a su futuro político. Preguntado sobre si si quería ser el próximo candidato del PPCV en 2015, el jefe del Consell respondió con un «por su puesto», si bien matizó que esta decisión la deberá tomar el partido. Acto seguido precisó que se sentía «muy respaldado» por el PP y «muy a gusto». La cuestión no pilló desprevenido a Fabra. De hecho, su entorno hace días puso el foco en esta cita con Rajoy en busca de un espaldarazo de Génova que acabe con la crítica interna y con las voces que apuntan a un relevo en el cartel electoral de 2015.

Fabra, a quien ya la número dos del PP, Dolores de Cospedal, advirtió de que no era momento de autoproclamarse candidato fue prudente en presencia de Rajoy, aunque sostuvo que sentía cerca el aliento del Gobierno en las decisiones «difíciles e incomprendidas» que había tenido que tomar. «Me siento y me he sentido siempre arropado personal y colectivamente por el Gobierno y por el partido», subrayó.

Rajoy fue bastante breve en su presentación y eludió cualquier mención a su candidatura en 2015. Leyó una biografía del presidente y lo definió como un compañero de partido y un amigo. A su juicio, el jefe del Consell es «una persona seria, leal, comprometida, con experiencia y con saber» y matizó que ahora gobierna, como otros, en un momento «difícil». «Pero los buenos gobernantes son los necesarios en los tiempos difíciles», indicó tras señalar que Fabra está luchando contra el déficit y los problemas económicos con «coraje». Las palabras de Rajoy hacia Fabra tuvieron varias interpretaciones. Rajoy, según varios de los presentes, sonó frío. En el PP hubo quien lo justificó por su forma de ser. Otros, en cambio, apuntaron a que Presidencia había puesto demasiadas esperanzas en el acto. Tras la conferencia, Fabra comió con los diputados y senadores valencianos en el Congreso, un almuerzo al que también asistió el portavoz del grupo popular, Alfonso Alonso.