La salida de los 1.628 empleados de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) será mediante un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE), esta vez de extinción. Fuentes oficiales de la Generalitat lo confirmaron ayer. Será el segundo despido colectivo en la empresa, después de que el primero fuera declarado nulo por los tribunales. Habrá que ver si la historia se repite o si alguien aprende de los errores del pasado.

Lo que el Consell no concreta por ahora es qué indemnizaciones piensa pagar a los afectados. En el ERE de 2012 fue el mínimo legal: veinte días por año trabajado. Ahora afirma que dependerá del proceso de negociación con el comité de empresa.

El ERE de extinción es el último cambio en los planes del Gobierno de Alberto Fabra sobre la televisión y radio autonómicas. El vicepresidente, José Císcar, afirmaba el pasado día 13: «No se puede plantear otro expediente de regulación de empleo». Las razones eran que podría ser impugnado al haberse practicado ya uno y que la actual RTVV no tiene pérdidas, por lo que no existe la causa económica.

Finalmente, habrá ERE. Por causas organizativas, porque la producción desaparece. Pero está por ver si la Generalitat mantiene el cálculo inicial de pagar la indemnización máxima (45 días por año) o no le salen las cuentas y busca reducir las compensaciones.

Lo que es seguro es que, al haber despido colectivo, ha de existir un proceso de consulta con los representantes de los trabajadores. Este ha de durar un mes si no se llega antes a un acuerdo. La ley dice también que la buena fe negociadora ha de presidir este periodo.

Si no hay acuerdo final, cabe la posibilidad de que los representantes sindicales recurran el ERE, como sucedió con el de 2012, que afectaba a un máximo de 1.198 empleados. Con este precedente, la lógica dice que el mayor interés debería ser zanjar el ERE con un pacto. Lo contrario abriría la puerta a nuevas actuaciones judiciales que impedirían dar carpetazo al asunto RTVV durante meses o incluso años.

Asamblea de urgencia en Nou

Los empleados, entre los que ayer dominaba la indignación y la rabia, están dispuestos a plantar batalla. También en los tribunales, si vuelve a ser necesario. Quedó claro en la asamblea de urgencia que celebraron en la tarde de ayer en el garaje de unidades móviles del edificio de Burjassot.

«Que nadie toque ningún botón para suspender las emisiones. Si alguien os quiere obligar, avisad en seguida al comité de empresa». Fue una de las consignas lanzadas durante el encuentro.

El mensaje es claro: que ningún empleado sea el que deje en negro la actual Nou; que sea la policía la que tenga que entrar para forzar la desconexión.

Incluso una medida que se adoptó es la de establecer un sistema de vigilancia continua por los propios trabajadores para evitar el corte a partir de la medianoche, cuando entraba en vigor la ley de supresión de RTVV.

Ante el estado de ánimo, caliente, de la plantilla, el comité hizo una llamada a la calma: «No cometamos errores. Prudencia. Preparémosnos para ganar en los tribunales otra vez».