La Agencia Espacial Europea, la ESA, ya ha iniciado la cuenta atrás para enviar este jueves al espacio el satélite «Gaia». El objetivo de esta misión, una de las piedras angulares de la ESA, es catalogar con precisión mil millones de estrellas de la Vía Láctea y con ello suministrar un mapa tridimensional de nuestra galaxia. Para ello cuenta con la cámara digital más grande que se ha puesto en órbita nunca: mil millones de píxeles que ocupan 0,38 m2. Este «ojo» gigante, capaz de detectar estrellas 400.000 veces más débiles que las visibles a simple vista, durante sus cinco años de vida útil observará cada astro unas 70 veces, y cada vez registrará su brillo (distancia), su color y, lo más importante, su posición, lo que permitirá calcular como nunca antes el movimiento de mil millones de estrellas, más o menos el 1% de las que hay nuestra galaxia. La luz que arrojará «Gaia» sobre el mapa del «oscuro laberinto» al que hacía referencia Galileo Galilei permitirá conocer mejor el origen, estructura y evolución de la Vía Láctea.

El catedrático de Astronomía i Astrofísica y director del Laboratorio de Procesado de Imágenes de satélite de la Universitat de Valencia, Víctor Reglero, ha participado desde que comenzó a gestarse esta misión hace 17 años. Reglero formaba parte del Comité de Ciencia y Espacio de la ESA que el 24 de mayo de 1997 definió el proyecto. Además, entre 2006 y 2011, perteneció al comité de seguimiento de esta misión y, como gestor del Plan Nacional Espacial (2006-2010) tuvo que ver con la fuerte implicación española en este satélite que ronda los 600 millones de euros.

Antes de que los recortes en I+D+i del Gobierno del PP amenazaran la supervicencia de la incipiente industria aeroespacial española, ésta construyó el gran parasol desplegable que protegerá al satélite de la radiación solar en su órbita a 1,5 millones de km la Tierra. La finalidad del parasol, que pesa 125 kg y viajará plegado en 12 paneles, es mantener los instrumentos de «Gaia» a una temperatura constante de -110 ºC. Nunca hasta ahora se ha desplegado en el espacio de una sola vez un parasol tan grande, pues se trata de un anillo de 10 metros de ancho.

Pero, para Reglero, el gran reto de «Gaia» es el tratamiento de la información que envíe, «que será el procesado de datos más importante en la historia de la Humanidad». Se estima que, tras cinco años de misión, el archivo de datos suministrado por «Gaia» superará el Petabyte, unos mil billones de bytes, para cuyo almacenaje se precisarían 1,5 millones de CD-Rom.

Procesado de datos crítico

Reglero cuenta que el 40 % de ese procesado de datos se hará en el superordenador «MareNostrum» del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, el 34 más potente de los 500 grandes ordenadores del mundo. «Para tratar seis meses de datos de 'Gaia', el 'MareNostrum' tendría que dedicar sus 15.000 procesadores durante las 24 horas durante 20 días», apunta.

«Gaia» es una máquina de descubrimientos llamada a revolucionar la astrometría, el cálculo preciso de la posición de un objeto celeste. Así, añade Reglero, «desde Galileo, siglo XVI, hasta 1991, todo lo que sabíamos de astronomía era en base a 50 estrellas de las que nos faltaba precisión para medir su posición la más cercana a la Tierra está a 40 billones de km, pero todo eso cambió con el satélite 'Hipparcos' de la ESA, que catalogó 120.000 estrellas con una precisión 200 veces mayor que hasta entonces. Ahora con 'Gaia' vamos a dar un salto de 100.000 a 1.000 millones de estrellas».