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Carreteras

La AP-7 tiene 8 tramos de los 45 más peligrosos de España

El punto más conflictivo de la C. Valenciana se localiza en Silla, ya que es el décimo trecho con más riesgo del país

La AP-7 tiene en la Comunitat Valenciana ocho de los 45 tramos más peligrosos de toda España, según el análisis realizado por los Automovilistas Europeos Asociados (AEA) a partir de los datos disponibles del Ministerio de Fomento. El dato sorprende porque se considera que las autopistas de peaje son las vías más seguras, aunque desde la AEA advierten que «el índice de peligrosidad medio ha aumentado en 2012 un 10%» en las carreteras de pago».

Los ocho puntos más conflictivos de la AP-7 en la Comunitat Valenciana son, de mayor a menor peligrosidad: el tramo de la autopista a su paso por Silla, ya que ocupa la décima posición en la clasificación de peligrosidad de toda España (ha tenido 20 accidentes con 28 víctimas, incluidos heridos y fallecidos, desde 2008), aunque su peligrosidad se ha reducido respecto al periodo 2007-2011, pese a que es el tramo por el que más vehículos circulan cada día: 20.134.

El segundo trecho más conflictivo para la seguridad vial es el punto kilométrico 409 de la AP-7 a su paso por Orpesa, donde se han registrado 10 accidente con 69 víctimas en cuatro años, lo que ubica a este intervalo de carretera como el 18º más peligroso de toda España.

El resto de recorridos de la AP-7 con más peligrosidad son: la AP-7 a su paso por Rafelcofer, los kilómetros previos al cruce de la AP-7 con la A-7 y la A-31 en Alicante, los tramos de autopista que transcurren por Xeresa y Favara, además de los puntos kilométricos 697 junto a Sant Vicent del Raspeig, o el 441 de la AP-7 a su paso por término de Vila-real. En total todas estos tramos conflictivos de la AP-7 se han saldado con 76 accidentes que han provocado 179 víctimas (heridos y fallecidos) entre 2008 y 2012.

La AEA, además de realizar la estadística de peligrosidad, también ha detectado que muchos de estos puntos negros para la seguridad vial ni están señalizados como «tramos de concentración de accidentes», ni siquiera tienen instalado un radar para controlar la velocidad». De hecho, en los ocho intervalos de carretera conflictivos valencianos ninguno está identificado con señalización y sólo en uno (Vila-real) se ha instalado un radar.

Respecto a las nacionales, la AEA ha detectado otros cuatro puntos peligrosos en la N-325 (Alicante), N-232 (Castelló), N-322 y la N-330 a su paso por Valencia, aunque la presencia de estas carreteras suele ser más «habitual» en las informaciones sobre accidentes de tráfico.

Desde la AEA también quiere dejar patente que «el estado de las carreteras juega un papel fundamental en la seguridad vial de nuestro país y que la reducción presupuestaria destinada al mantenimiento de las carreteras [debido a la crisis] puede estar afectando negativamente», advierten en el informe.

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