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Caso del metro

FGV prometió en 2006 una investigación del accidente del metro que niega haber hecho

La dirección anunció una indagación «interna» y un «expediente» sobre el suceso, a parte de la judicial y política, que siete años después niega tener

La dirección de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) prometió en septiembre de 2006 una «investigación interna del accidente» del 3 de julio de 2006, en el que murieron 43 viajeros de Metrovalencia. Una investigación que, siete años después, la empresa ferroviaria niega haber realizado.

El anuncio de la «investigación interna» sobre el siniestro se produjo en el «Boletín de Recursos Humanos» de FGV, fechado en septiembre de 2006, que Levante-EMV conserva en el archivo de documentación sobre el accidente. Se trata de una publicación de siete páginas que editaba el departamento de recursos humanos de FGV, dirigido en 2006 por Dionisio García, quien hizo de asesor de algunos de los directivos que declararon en la comisión de investigación del metro en las Corts, y que posteriormente fue ascendido a director adjunto operativo. Ahora ya no trabaja en la empresa ferroviaria.

El Boletín de septiembre de 2006 abría con toda una declaración de intenciones por parte de FGV: «El exceso de velocidad fue la causa del accidente». La misma conclusión a la que llegó la comisión de investigación del metro en las Corts, la primera investigación judicial y que el Consell ha repetido como un mantra durante 7 años. FGV también desdeñaba cualquier otra causa en el artículo dedicado a las «causas del accidente»: «Todas las cuestiones que se han apuntado hasta ahora como posibles causas que pudieron coadyuvar a que se produjera el accidente se han demostrado falsas: la rotura de una rueda, la rotura de una o más balonas de la suspensión secundaria, la existencia de un bache a la entrada de la curva, la existencia de un garrote y la supuesta modificación de la geometría y condiciones de la curva por la ejecución del tramo de la vía de la línea que une Jesús y Valencia» aseguraban, «a falta de las conclusiones finales de la comisión de investigación interna que está llevando a efecto la empresa».

Una comisión de la que FGV informaba en la penúltima página del boletín y sólo en tres párrafos. «Además de todas las actuaciones que se han realizado y se realizan para definir el motivo o motivos del accidente „citaba las pesquisas del Comité de seguridad de la circulación de FGV, la comisión de las Corts y la «intervención judicial»„ «la dirección de la empresa ha decidido llevar a cabo una investigación específica, al frente de la cual se ha colocado al director de la asesoría jurídica». Para tal fin, FGV se comprometió a «instruir un expediente sobre el suceso» para el que «podrán recabarse cuantas pruebas se consideren oportunas, muchas de las cuales serán la que se han realizado a instancias del Comité de seguridad en la circulación». Una investigación que FGV iba a realizar «de forma autónoma e independiente» y que fundamentaba en la Ley del Sector Ferroviario de 2004.

Siete años después, en el verano de 2013, Levante-EMV solicitó a los responsables de FGV tener acceso a cualquier «informe» sobre el accidente del 3 de julio que hubieran podido realizar [por ejemplo en la dirección de análisis y auditoría de seguridad en la explotación (DAASE), creada tras el accidente de Picanya de 2005] pero la respuesta de FGV fue meridiana: «No existe un informe de la DAASE sobre el accidente. Todas las pruebas y mediciones realizadas por técnicos de la DAASE se entregaron al Comité de seguridad en la circulación, donde se deliberaron las causas del accidente, llegando por unanimidad a la conclusión de que la causa determinante del accidente fue el exceso de velocidad», respondió un directivo de FGV, por escrito, a Levante-EMV.

Las arengas de los directivos de FGV a sus empleados continuaron en el Boletín de Recursos Humanos de octubre de 2006, al que ha tenido acceso el PSPV, encabezado con un llamativo titular: «Basta ya!! Urge pasar página». En un incendiario artículo contra los sindicatos con representación en FGV, la dirección de FGV aseguraba: «El accidente de julio ha aflorado la fragilidad de la cohesión de FGV como empresa. Hay que decir por tanto que basta ya de tanta noticia inútil. Urge pasar página y centrarnos en nuestro trabajo con la mejor voluntad de mejorar el servicio cada día».

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