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La estrategia es dejar pasar el tiempo y que escampe

El Consell y los académicos han mantenido un tono bajo y han evitado nuevos enfrentamientos

El pasado día 14, en plena tormenta por el fallo del CJC desautorizando a la Acadèmia por plasmar la unidad de la lengua en su Diccionari el vicepresidente del Consell, José Císcar, y la titular de Educación respondieron a decenas de preguntas relacionadas con la polémica en la comparencia de prensa posterior a la reunión del Consell. El pasado viernes, en la misma sala del Palacio de Fuentehermosa (sede de la conselleria de Presidencia) en la que Císcar y Catalá habían sudado tinta la semana anterior, no se formuló ninguna pregunta relacionada con la Acadèmia. La estrategia pactada entre el Consell y la Acadèmia de guardar silencio y dejar pasar el tiempo ha permitido desviar el foco de atención a otros asuntos. La consigna de desactivar el conflicto a base de no hablar del tema ha funcionado en ambos lados. Esta semana se reanudó el pleno en las Corts y los diputados del PP mantuvieron un tono bajo. En los debates del hemiciclo se ciñeron al manual al defender el valenciano como seña de identidad, pero sin lanzar dardos a la AVL. El asunto ni si quiera se abordó en la reunión de grupo. La misma discreción se ha mantenido por la Acadèmia. El presidente Ramon Ferrer ha mantenido su agenda pero ha evitado a la prensa, ya que la institución ha informado a posteriori de sus visitas. Habló el viernes el vicepresidente, Josep Palomero, quien en un acto en la Universitat fue preguntado por los periodistas. Sus respuestas estuvieron cargadas de ironía, pero también de contención. Y el mensaje, coincidente con el que transmitió Catalá hace diez días: no hay plazos para que la AVL estudie el dictamen del CJC ya que, lo que tardó 12 años en hacerse no puede ser resuelto en dos días.

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