La exconsellera de Turismo, Angélica Such, imputada en el caso Gürtel, presentó ayer por la tarde su renuncia al acta de diputada del PP en las Corts por la provincia de Alicante. La decisión se formalizó horas después de que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, diera un paso más en su línea roja contra la corrupción al asegurar que aquellos diputados populares procesados por casos de corrupción «tendrán que dejar el escaño o, por lo menos no estarán en el grupo popular». Fabra se expresó en estos términos durante una entrevista en la Cope, donde insistió en que las personas que están imputadas por casos de corrupción «no deben formar parte de ninguna lista». Las palabras de Fabra eran una invitación directa a las diputadas Milagrosa Martínez y Angélica Such, ambas procesadas en el caso Gürtel por los contratos con la trama, para que dejen la bancada popular y supone un cambio de posición ya que hasta ahora el PPCV mantenía que no habría sanciones hasta que no mediara sentencia firme. En realidad, la cúpula popular llevaba tiempo negociando con las exconselleras su renuncia para evitar que la imagen de dos de sus diputadas sentadas en el banquillo tire por tierra el discurso de Fabra contra la corrupción. Ambas llevan procesadas casi un año, pero el señalamiento de juicio tuvo lugar hace unos días. Angélica Such (cuyo marido es adjunto segundo al Síndic de Greuges) tiene una situación personal y procesal menos complicada que la de Martínez. El fiscal le pide once años de inhabilitación, pero no cárcel. Presidencia, por lo tanto, contaba ya con que, llegado el momento, la exconsellera Such no generaría problemas. Cosa distinta es la situación de la expresidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, con quien las gestiones del PPCV no han dado fruto. De momento, la también alcaldesa de Novelda se resiste a dejar el escaño, una circunstancia que empeoraría, según fuentes de su entorno, su maltrecha situación económica. Las fuentes consultadas indicaron ayer que Martínez está enrocada y que sólo cambiaría de parecer si el PP le diera alguna salida. La expresidenta de las Corts, que se enfrenta a once años de cárcel, no ha podido hacer frente a la fianza. El TSJCV ha ordenado el embargo de sus bienes. Martínez perdió también su abogado y su situación anímica no es buena. Hace meses tuvo conversaciones con el PP, pero el partido no atendió sus demandas. Fuentes de Presidencia admitieron ayer que su situación es delicada, pero se mostraron confiados en que en unos días Martínez se avendrá a razones. Con todo, el margen de tiempo no es muy grande. El juicio está señalado para el día 31 de marzo y en esa fecha, Fabra quiere a Martínez fuera de la bancada popular. Lo volvió a repetir horas después en otro acto: «La clase política ha de ser ejemplar; el PP ha de serlo en cuanto a su comportamiento y ha de dejar fuera a quienes estén en procesos judiciales. Estamos trabajando en eso», sentenció.

El presidente aboca así a Martínez a dejar el escaño o acompañar a Rafael Blasco al grupo de diputados no adscritos, bien de forma voluntaria, bien mediante una expulsión. Fabra, que ya anunció el lunes en Madrid una guerra sin cuartel contra la corrupción, inicia su operación limpieza en las Corts aún a riesgo de soliviantar de nuevo a un grupo que se queda con siete imputados, pero en el que hay más voces críticas con la línea roja.