El Ministerio de Fomento ha recuperado el proyecto de ampliación del «bypass» de Valencia, presentado en 2009 y aletargado durante cinco años, para separar los tráficos de largo y corto recorrido lo que permitirá «mejorar los tiempos de viaje» y permitir «conexiones buenas a la zona portuaria y logística». Se pretende así dar «una solución» a una infraestructura que, en 2009, los técnicos ya advertían que estaba «al borde del colapso», con un tráfico diario de 115.000 vehículos, muchos de ellos camiones implicados en el 59% de los accidentes. La delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, admitió ayer que los tráficos actuales oscilan entre «los 80.000 y los 110.000 vehículos al día, el 25% pesados».

El bautizado como «Proyecto de trazado: Mejoras funcionales y de seguridad vial y medidas de integración ambiental de la autovía A-7. Tramo: enlace CV-32-Enlace A-3», saldrá hoy a información pública para que los municipios afectados presenten alegaciones y someterse a declaración de impacto ambiental. El jefe de Carreteras, Ismael Ferrer, dio dos pinceladas de las características de la propuesta.

El tramo central de la circunvalación de Valencia, 22,5 kilómetros, se ampliará de los seis carriles actuales (tres para cada sentido) hasta alcanzar diez o doce carriles según los tramos. El esquema que pretende aplicar el Ministerio de Fomento es destinar los seis carriles centrales actuales para el tráfico de largo recorrido. El conocido como tráfico de «agitación» o local utilizará las vias de servicio que se habilitarán en los laterales. «Que en algunos tramos serán dos y dos (a ambos lados del actual «bypass») y en otros serán tres y tres», explicó el jefe de carreteras.

Estos 22,5 kilómetros se han dividido, a su vez, en tres subtramos cuyas obras «se licitarán por separado, en función de las disposiciones económicas», aclaró Ismael Ferrer. El primer subtramo abarca 10,62 kilómetros desde la CV-32 (la carretera de Rafelbunyol a Museros) hasta el cruce con la CV-35 (la carretera a Llíria), en los que se habilitarán nuevos carriles con sus respectivos enlaces, con un coste de 101,81 millones de euros.

El segundo subtramo es el más corto pero el más caro. Ampliar los 7,35 kilómetros que separan la CV-35 y la CV-370 (el eje del Turia que comunica Manises con Riba-roja y Vilamarxant) costará 142,4 millones de euros. Será el tramo más delicado porque atraviesa el término municipal de Paterna, donde los vecinos de la Canyada han conseguido paralizar anteriores proyectos, con los socialistas en el Gobierno. En este tramo se planteaba en el estudio informativo de 2009 «deprimir» o semisoterrar los nuevos carriles y construir pérgolas (una estructura que permite el cruce de carriles a distintas alturas). Por último, el tercer subtramo abarcará los 4,52 kilómetros desde la CV-370 hasta el cruce con la A-3 y tendrá un coste de 44,3 millones de euros.

La previsión de Fomento es, según explicó la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, finalizar la tramitación del proyecto y poder licitar las primeras obras en 2015, por lo que «en dos o tres años la mejora del bypass ya podría estar en funcionamiento».

Por otra parte, el Ministerio de Fomento también puso ayer en servicio la remodelación del enlace entre las autovías A-3 y A-7 en Valencia, uno de los de mayor intensidad de tráfico de la Comunitat Valenciana, que forma parte de las obras de ampliación a tres carriles en la A-3, entre Valencia y Buñol, con un coste total de 84 millones.