El exconseller Rafael Blasco aprovechó su turno de última palabra en el cierre del juicio por el saqueo de fondos de la Conselleria de Solidaridad para insistir en su inocencia y lamentar que es la pieza que buscaban las acusaciones. «Sé de las dificultades que uno atraviesa cuando pasa por estas circunstancias. Sé que en el ejercicio de esta responsabilidad pública se cometen errores y aciertos. Estoy convencido de que algún error de gestión he cometido, pero lo digo desde la convicción de haber estado siempre al lado de la ley y de no haber traspasado ninguna frontera que rozara la ilegalidad». El exconseller añadió que ha sufrido un gran daño en 3 años «en un juicio paralelo en el que la presunción de inocencia ha brillado por su ausencia». Blasco apuntó que ha habido filtraciones que le han causado un daño irreversible en términos «familiares, personales, políticos e incluso económicos».

El diputado autonómico criticó que la Abogacía de la Generalitat lo haya acusado cuando en su etapa como conseller lo avaló. Blasco incidió en que la Abogacía ha conocido sus posiciones de defensa hasta 2012. «Hemos estado en reuniones conjuntas facilitando yo toda la información hasta a los más altos representantes del Gobierno de la Generalitat», apostilló.

El ex director general de Cooperación, Josep Maria Felip, también reiteró su inocencia. «Cumplí con mi deber. Mi lealtad es mi honor y no he hecho otra cosa más que cumplir con lo que mi conciencia me ha indicado», apuntó.

Antes de la última palabra, los defensores arremetieron contra los técnicos que tramitaron los expedientes, y calificaron su gestión de «nefasta» y «desastrosa».