El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete admitió ayer que el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación Júcar cuenta solo con un «acuerdo básico» y no descartó cambios en su fase final de tramitación para «sumar voluntades».

El plan fue aprobado inicialmente el viernes por el Consejo del Agua de la Demarcación con 56 votos a favor, 15 abstenciones y 8 votos en contra. Además del rechazo expreso de las organizaciones de defensa ambiental, que recurrirán el documento en las instituciones europeas, y de grandes comunidades de regadío como el Canal-Júcar-Turia, existen abstenciones condicionadas no menos significadas como las de la Acequia Real del Júcar y del resto del regadío histórico, así como de los regantes del acuífero manchego.

«Hemos cumplido un trámite muy importante con un acuerdo básico, es cierto que con algunas abstenciones y el Gobierno va a seguir trabajando antes del Consejo Nacional del Agua y durante la tramitación hasta su aprobación definitiva en el Consejo de Ministros en la búsqueda del máximo consenso posible», aseguró.

«Yo espero que en lo que queda de tramitación podamos sumar más voluntades en un plan que tiene que contar con todos», añadió Arias Cañete.

El ministro confirmó la información adelantada por Levante-EMV sobre las inversiones comprometidas para concluir la modernización del regadío histórico del Júcar (46 millones de euros), unas obras que Aznar y Zaplana ya prometieron en 1998 y que apremian también al Gobierno actual, ya que necesita los ahorros de agua generados por esta via para satisfacer nuevas demandas en Castilla-La Mancha y el Vinalopó. Sin embargo, el Gobierno lo ha presentado como una especie de cesión a los regantes del Júcar.

«Estamos trabajando para llevar un acuerdo muy pronto al Consejo de Ministros; Ayer mismo estuvimos ultimando la memoria y el contenido de este acuerdo», desveló el ministro.

Arias Cañete dijo estar «satisfecho del esfuerzo de diálogo y de comprensión y búsqueda de equilibrios en una cuenca muy compleja, muy intensiva en el uso del agua, que afecta a 5 comunidades autónomas, tiene muchas superficie y mucha presión sobre los recursos hídricos», explicó.

«Cada río tiene su complejidad, pero el el más complicado es el Júcar; Lo sabíamos y hemos buscado un equilibrio hídrico mas razonable», añadió.

Miguel Arias Cañete rechazó que Castilla-La Mancha haya salido favorecida en sus demandas en detrimento de los usuarios valencianos, tal como han denunciado algunas organizaciones.

«El Gobierno aseguró Arias Cañete, es sensible al buen uso que se hace del agua en la Comunidad Valenciana y lo que hemos favorecido es un reequilibrio teniendo en cuenta las necesidades de todos. En asuntos de agua, siempre que se hace una concesión a un parte de la cuenca, hay otra parte que tiene ciertos recelos, pero creo que hemos logrado un equilibrio básico entre los regantes valencianos, los alicantinos del Vinalopó, los abastecimientos de agua a Castilla-La Mancha y unas presiones muy fuertes sobre los acuíferos que crean problemas medioambientales», aseguró en referencia a Albacete.

«Repartir el agua a gusto de todos en España es una asignatura muy difícil y la prueba es que el Gobierno anterior fue incapaz de aprobar uno solo de los planes hidrológicos de los ríos españoles en el periodo que le dio la Union Europea hasta el 31 diciembre de 2009», destacó.