El informe sobre la reforma del sistema fiscal elaborado por el comité de expertos recomienda que el Gobierno «debería considerar» la articulación de un impuesto por circular por la red de autovías, una tasa que, según sus datos, podría generar una recaudación de hasta 4.900 millones de euros anuales.

Los expertos avisan de que, en caso de que se articule esta «tasa por el uso de las infraestructuras de transporte», es preciso evitar «superposiciones» con el nuevo Impuesto sobre el Uso de Vehículos de Tracción Mecánica en el que sugieren fusionar los actuales impuestos de matriculación y circulación.

El informe calcula que, en caso de que el eventual peaje o tasa por circular por las carreteras se cobre en función del tiempo en que se utilice la infraestructura, generaría una recaudación de unos 1.500 millones de euros. De ellos, 400 millones provendrían de vehículos pesados y otros 1.100 millones de los ligeros. En caso de que la tasa se cobre por tramos de carretera, generaría unos 4.900 millones de euros al año, unos 1.900 millones proveniente de los camiones y 3.000 millones más por vehículos ligeros.

El comité de expertos recuerda que el marco normativo de las tasas por el uso de infraestructuras públicas de transporte está ya regulado por una directiva europea. Estas normas europeas no obligan a establecer las tasas, pero dice cómo configurarlas en el caso de que los Estados optasen por exigirlas.

En la actualidad, existen dos modelos de implantación, cada uno de ellos elegido por distintos países europeos. El primero, que ya tienen Austria y Suiza, consiste en exigir «una tasa por el derecho a utilizar las infraestructuras durante un tiempo determinado». Es una tasa «más sencilla de implantar» pero «no puede modularse el gravamen en función del uso real de las infraestructuras y exige un control manual de los vehículos, con inconvenientes para la fluidez del tráfico». El segundo modelo consiste en cobrar un peaje por trayecto recorrido y ya implantado en Alemania, Francia, Austria, Portugal, República Checa y Suiza. Este sistema exige la construcción de pórticos de control a cada tramo de la vía y dispositivos electrónicos en los automóviles cuyo coste se podría recuperar con la recaudación.