El acusado de provocar un incendio en Chelva que arrasó 656 hectáreas de monte en junio de 2012 se enfrenta a diecisiete años de cárcel. El presunto pirómano, Juan José C., reconoció ante la Guardia Civil que prendió fuego al bosque después de que el Ayuntamiento de Chelva no lo hubiera contratado como peón forestal, pero ayer rectificó y aseguró que no tuvo ninguna implicación. El juicio se está celebrando en la Audiencia de Valencia mediante un tribunal del jurado. El fiscal advirtió ayer al tribunal popular de que el fuego causó daños valorados en más de un millón de euros y estuvo a punto de provocar desgracias personales. El procesado, que está en prisión preventiva, ya cumplió una condena de cuatro años de cárcel por otro incendio que provocó aunque él no lo admite hace veinte años.

Los hechos que se están juzgando ahora ocurrieron en junio de 2012. El procesado confesó a la Guardia Civil que provocó el incendio prendiendo unos papeles sobre las 14.30 horas del 1 de junio en un momento en el que las condiciones eran idóneas para que se propagara el fuego (28 grados de temperatura y una humedad relativa del 23 por ciento). Las llamas afectaron a los términos de Chelva, Tuéjar y Benajéber.

El fiscal explicó a los miembros del jurado que el procesado estaba muy enfadado con el Ayuntamiento de Chelva porque no lo había contratado como peón forestal. Según el representante del ministerio público, el procesado advirtió esa mañana a varios testigos de que iba a «arder Troya», y que iba a hacer «una gorda» y a «dejar el monte raso».

El fiscal señaló al tribunal que solicita 17 años de cárcel porque el incendio fue muy grave ya que estuvo a punto de morir un equipo de militares y bomberos como consecuencia de un golpe de calor por una «inversión térmica», un fenómeno que se produce en los incendios. Además, el piloto de un hidroavión casi sufre un accidente al cargar agua en el pantano de Benagéber. «Cuando se prende fuego se sabe como se inicia, pero no como acaba. La suerte fue que el pantano de Benagéber hizo de cortafuegos porque sino podría haber llegado a Cuenca», apuntó. El representante de ministerio público destacó que el procesado describió el punto donde se inició el fuego cuando los investigadores no lo sabían.

El imputado insistió en su inocencia. Juan José C. aseguró que no recuerda si dijo que iba a «arder Troya» e indicó que si lo hizo fue «un comentario de bar». El procesado declaró al jurado que llevaba una lata de gasolina porque la acababa de recoger de su caseta porque «hacía mucho calor y podía reventar. La gasolina la tenía en la caseta para la motosierra». El sospechoso mantuvo que la Guardia Civil malinterpretó sus palabras sobre su supuesta confesión e incidió en que solo dijo como una hipótesis que él iniciaría el fuego prendiendo papeles.

El jurado vio la reconstrucción de los hechos que la juez de instrucción grabó en vídeo. En la reconstrucción el procesado negó su implicación.