La mañana le pareció «supercorta». Ninguna pregunta «extraña». Se sintió hasta «cómodo» en su segunda declaración, por escrito y en su despacho del Consell Jurídic Consultiu (CJC), como testigo en la investigación judicial que dirige el juez José Castro sobre los pagos de la Generalitat y la fundación Turismo Valencia, controlada por el ayuntamiento de Rita Barberá, al instituto Nóos. Quizás porque se siente aliviado, tras haber sido liberado por el TSJ en octubre de 2013 de la imputación solicitada por Castro, el expresidente Francisco Camps compareció ayer a la salida de su testifical con ánimo y energía para formular un alegato en defensa de aquella etapa de éxtasis y delirio por hiperoxigenación de la burbuja de los grandes eventos que impulsó la Generalitat.

La primera vez el 1 de febrero Camps contestó a 64 cuestiones durante dos horas. Ayer, estuvo más de cuatro horas para responder a las 24 repreguntas, explicó el exjefe del Consell, de la acusación particular (el grupo socialista municipal), la defensa del exdirector de la Ciudad de las Artes José Manuel Aguilar y las cuestiones planteadas por el letrado de Iñaki Urdangarin. Camps proclamó que la Generalitat siempre actuó «bajo el imperio de la ley» y en defensa del «interés general». Entonces desplegó la teoría campsista de que nadie del Consell está acusado de llevarse dinero en relación con los proyectos de cartón piedra en tela de juicio e incluso enarboló la defensa de esa política. «Nadie ha podido demostrar (...) que nadie haya actuado con un interés que no sea el de la C. Valenciana, nadie puede decir que nadie haya tenido ningún tipo de cosa extraña en relación con estos y otro tipo de eventos de estos años», sentenció. «No ha habido más interés que mucho trabajo y esfuerzo por hacer de la C. Valenciana un gran territorio donde se hiciese lo mejor al máximo nivel» para la «proyección de la Comunitat estos años», agregó.

E insistió: «nadie, ya sean funcionarios, altos cargos o políticos podrá decir que alguien ha actuado fuera del compromiso con la C. Valenciana». Y remató: «De todo lo que se habla aquí y allá del comportamiento del Gobierno y el partido que presidí, nadie es indicado por nadie por haberse directa o indirectamente beneficiado por nada». El ex director de RTVV Pedro García es señalado por la UDEF como beneficiario de una comisión de 500.000 euros por adjudicar a Gürtel el contrato audiovisual de la visita del Papa. Obvió también que Castro atribuyó a él y a Barberá una presunta malversación, prevaricación, falsedad y fraude a la Administración al «actuar con favoritismo, orillando las normas de contratación pública» y «el sentido común».

Misteriosa reunión de Zarzuela

La Generalitat y Turismo Valencia gastaron 4,2 millones en las tres ediciones de los Valencia Summit (2004 a 2006), el foro sobre turismo y eventos deportivos celebrado al calor de la Copa del América, amarrada desde diciembre de 2003. A Nóos, se le pagaron otros 382.203 por montar unos Juegos Europeos que jamás se celebraron. En la segunda foto más cara de la historia, Camps y Barberá lograron proyección política y ante la Casa Real y Urdangarin convirtió la tarjeta de visita de yerno del Rey en dinero efectivo. Para Castro, el contrato alcanzó su punto de cocción en una reunión en la Zarzuela celebrada el 29 de enero de 2004 y en la que habrían participado Urdangarin, su socio Diego Torres, Camps y Barberá. En su testifical, la alcaldesa excluyó a su ahijado político del encuentro. Y el propio expresidente explicó que él nunca estuvo allí ni habló en privado con Urdangarin.

Pero el yerno del Rey y el vicealcalde y presidente de Turismo Valencia, Alfonso Grau, lo situaron en la escena. El PSPV, acusación particular, preguntó sobre la reunión y sobre la carta que Urdangarin envió a Camps y Barberá en la que les pedía el vistobueno al proyecto.