Hablar por el móvil mientras se conduce, realizar un adelantamiento peligroso en una carretera secundaria, no utilizar el cinturón de seguridad, adelantar por la derecha, no respetar un ceda el paso o un stop y circular a más velocidad de la permitida será más complicado durante la Operación Salida de la Semana Santa en la Comunitat Valenciana. A los 64 radares fijos de la Dirección General de Tráfico (DGT) distribuidos por las tres provincias se suman los 21 radares móviles de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Y el helicóptero de la DGT, con sede en Manises, dotado con cámara de vigilancia que retransmitirá al Centro de Gestión de Tráfico, en tiempo real, la evolución de las congestiones que se registran estos días, una de las épocas del año en la que más desplazamientos se producen.

La operación salida Semana Santa 2014 comenzó oficialmente el viernes a las 15.00 horas y finalizará a las 24.00 horas del lunes 21 de abril diez días en los que se prevén 12,5 millones de desplazamientos por carretera. La DGT ha dividido la operación en dos fases. «La primera empezó a las 15:00 horas del pasado viernes y finalizará a las 24:00 horas de hoy domingo, 13 de abril. Para esta primera fase, Tráfico prevé 3 millones de desplazamientos» en toda España. La segunda fase, «más importante que la anterior por volumen de desplazamientos de vehículos a lo largo de toda la red viaria (7,5 millones previstos) comenzarán a partir del mediodía del miércoles 16 de abril», excepto en la Comunitat Valenciana y Cataluña que comenzará el «jueves santo». Esta segunda fase finalizará a las 24:00 horas del lunes 21 de abril con la operación retorno, que se desarrollará desde el sábado por la tarde, durante todo el domingo y el lunes de Pascua, que es festivo en Castilla la Mancha, Cataluña, Comunitat Valenciana, Navarra, País Vasco y La Rioja.

La directora de la DGT, Maria Seguí, ya avisó al presentar el dispositivo especial para la Semana Santa, que los responsables de la Seguridad Vial tendrían cinco objetivos en el punto de mira.

Se pondrá especial cuidado en «las carreteras secundarias: se intensificará la vigilancia en estas vías no desdobladas y de un carril en cada sentido, que es donde se producen el 78% de las víctimas mortales y las más peligrosas». Las carreteras secundarias «representan el 90% de las vías interurbanas (casi 140.000 kilómetros) pese a soportar el menor número de desplazamientos que las vías desdobladas (autovías y autopistas)», explica la DGT.

Esta vigilancia más intensa en las carreteras convencionales «se realizará por tierra, con los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y por aire con los distintos helicópteros de los que dispone la DGT, incluido el que lleva incorporado el radar Pegasus», que no intervendrá en las carreteras valencianas, según confirman desde la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia.

La DGT también «intensificará los controles preventivos tanto de alcohol como de drogas para poner fuera de las carreteras a los conductores que se ponen al volante después de haber ingerido drogas o alcohol».

También se supervisará «el cumplimiento de las velocidades límite establecidas en las carreteras. A los 500 radares fijos que hay en las carreteras secundarias como en las de alta capacidad en toda España, se sumarán los 250 radares móviles, que vigilarán principalmente en carreteras convencionales», añaden fuentes de la DGT, quienes recuerdan que «la velocidad máxima genérica para turismos y motos en autovía y autopista sigue siendo 120 kilómetros por hora».

Por último, se intensificará «la vigilancia del uso del cinturón de seguridad. Todos los ocupantes de los vehículos lo deben llevar adecuadamente abrochado, en especial, los menores, quienes tienen que ir con sus correspondientes sistemas de retención infantil perfectamente anclados y sujetos», recuerdan desde la DGT.

El control continuado surte efecto. Según datos facilitados a Levante-EMV por la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia las sanciones por exceso de velocidad en la Comunitat Valenciana detectadas por los radares fijos se redujeron de 130.853 en 2012 a 71.997 infracciones detectadas en 2013. El hecho de que los conductores sepan dónde están ubicados „la DGT informa en su página web de su ubicación exacta„ o la posibilidad de detectarlos con dispositivos móviles ha reducido la velocidad media a la que se circula por autopistas y autovías.

Por el contrario, los radares móviles, gestionados por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, cazaron a un 12,1% más de infractores al pasar de 83.344 excesos de velocidad detectados en 2012 a un total de 93.484 infracciones durante 2013. Este tipo de radares, habitualmente camuflados y que cambian de ubicación continuamente, se centran últimamente en rastrear las carreteras convencionales en busca de infractores. La razón de elegirlas, según explican fuentes de la Benemérita, es porque en este tipo de vías es donde se suelen cometer más infracciones de velocidad ya que «la gente se confía y cree que no hay radares instalados, por lo que acaban circulando como si fueran autopistas o autovías» cuando, en realidad, se trata de carreteras de un sólo carril por sentido y con trazados más sinuosos por lo que hay que extremar la precaución y «respetar los límites».

Por el contrario, como demuestran los datos aportados por la Jefatura de Tráfico, la velocidad media ha bajado en autopistas y autovías, una tendencia que los agentes de la guardia civil de tráfico atribuyen, en buena parte, a la existencia de los radares fijos. Aunque el exceso de velocidad sigue siendo la infracción más habitual de los conductores valencianos: 58.421 sanciones en 2012 frente a las 57.897 de 2013; seguidas muy de lejos, en cantidad, por usar el teléfono móvil mientras se conduce (13.954 sanciones en 2012 y 14.452 en 2013) o no respetar medidas de seguridad como el uso del cinturón (15.479 denunciados en 2012 frente a los 12.783 de 2013).

Unas sanciones que han conllevado la pérdida de 355.444 puntos del carné de conducir en 2013, con el exceso de velocidad como primera causa (145.004 puntos detraídos), seguido por los positivos en alcohol o drogas (59.384 puntos restados a conductores valencianos sólo en 2013). De ahí que 2.082 personas se quedaran sin licencia de conducir el pasado año. A 328 conductores, que circulaban sin permiso, los cazó la Guardia Civil en 2013.