El 18 por ciento de los trenes del metro en Valencia falla respecto a la frecuencia anunciada y llega tarde, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Según este informe, en el que se han estudiado más de cien líneas de autobuses y metro en 18 grandes ciudades, el abono mensual para el metro en Valencia, de 45 euros, es el tercero más caro tras los de Madrid (54,60 euros) y Barcelona (52,75).

El estudio se ha llevado a cabo tanto en horas punta como valle y se han analizado más de 3.000 frecuencias para comprobar la puntualidad y suficiencia del transporte, además de verificar si la información que aparece en las pantallas informativas se corresponde con la realidad.

Respecto a los autobuses, solo en tres de las dieciocho ciudades -Pamplona, Logroño y Madrid- los retrasos sobre la frecuencia anunciada están por debajo del 10 %, mientras que en el resto la impuntualidad es habitual.

En Palma de Mallorca, Santander, Zaragoza, Sevilla, y sobre todo Las Palmas de Gran Canaria y Murcia, los retrasos afectan a más de uno de cada tres autobuses, y en la última de estas ciudades la frecuencia real es de 26 minutos, el doble de la anunciada.

No obstante, la comparación con los resultados de un estudio realizado en 2005 es positiva y la puntualidad ha mejorado levemente.

Esto se debe, según la OCU, a que con la crisis hay menos tráfico y menos atascos, y a que algunas ciudades han disminuido sus frecuencias de paso anunciadas lo que hace más fácil cumplirlas.

En lo que se refiere a las tarifas, sólo Palma de Mallorca tiene un transporte más barato que hace diez años, mientras que en el resto de las ciudades el encarecimiento ha sido generalizado y muy superior al IPC.

Así, la OCU considera "escandalosas" las subidas de Madrid, Santander y sobre todo Albacete, donde el coste de 50 viajes al mes ha pasado de 13,25 euros en 2005 a 35 euros en 2014.

Respecto al metro, en general, presenta mejores resultados y Bilbao y Palma pueden presumir de una puntualidad británica, casi igual que Barcelona y Sevilla donde sólo el 1 % de sus trenes llega tarde.

Las excepciones son Madrid y Valencia, donde sus trenes llegan tarde en uno de cada diez trenes en la primera y en el 18 % de ellos en la segunda.

Además, en Madrid, es habitual que los vagones y andenes estén abarrotados, lo que hace que el servicio sea insuficiente para la demanda.

En lo que respecta al tren, los resultados de las dos ciudades analizadas son muy dispares de modo que en Madrid los retrasos solo afectan al 6 % frente a la impuntualidad de uno de cada cinco en Barcelona.

El estudio también ha analizado la información que se ofrece a los ciudadanos en las pantallas habilitadas para ello y el resultado es que no son fiables en Las Palmas, Logroño y Murcia; la información es regular en Gijón, Málaga, Vigo o el tren de cercanías de Madrid y es precisa en Bilbao, Sevilla, Palma de Mallorca y los autobuses de Madrid.

En cuanto a los precios, estos varían sustancialmente de unas ciudades a otras. Así, Madrid tiene el abono mensual más caro (54,60 euros), seguida de Barcelona (52,75) y Valencia (45). Por el contrario el metro de Bilbao (34,60 euros), junto con Logroño (33,97) y Badajoz (30) son las ciudades más baratas. El billete sencillo más caro es el de Barcelona (2,15) y el más barato el de Logroño (0,72).

Ante esta situación, OCU pide una mayor precisión y exactitud en la información de las frecuencias y mecanismos eficaces de reclamación en caso de impuntualidad.

Además, señala que la continua subida del transporte público no ayuda a fomentar su uso, además de no haber supuesto una mejora del servicio, por lo que pide a las administraciones un esfuerzo para mejorar su calidad.