Un juzgado de Benidorm ha decretado prisión para una mujer acusada de haber contratado los servicios de un sicario para matar a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía de esta ciudad, según pudo confirmar ayer este diario de fuentes cercanas al caso.

Los hechos fueron denunciados por la propia persona que había recibido el encargo de cometer el asesinato. La mujer fue encarcelada días atrás tras ser puesta a disposición del juzgado que ha abierto diligencias para investigar estos hechos.

Al parecer, la detenida pretendía vengarse de dos agentes que habían intervenido en un operativo de refuerzo organizado el día que la Generalitat Valenciana procedió a quitarle la custodia de sus hijos. Aunque ese día intervinieron más personas, la mujer se había quedado con las caras de los dos policías, que únicamente se encontraban allí como apoyo. Las mismas fuentes indicaron que la mujer ejercía la prostitución y que en el pasado le habría realizado a esta mismo persona algún tipo de encargo, pero nunca la muerte de otra persona.

Tras recibir el encargo, el hombre se presentó en la Comisaría de Benidorm para denunciar los hechos sin hacer intento alguno para acabar con la vida de los agentes. Para acreditar lo que estaba contando, aportó los mensajes por WhatsApp que había intercambiado con la mujer y en la que se hablaba claramente sobre el encargo. En ellos se daban detalles sobre la compra de las armas, así como del precio por la muerte de los agentes, aunque las cantidades concretas no han trascendido.

Los agentes procedieron a la detención de la mujer por un delito de proposición de asesinato y la han puesto a disposición de un juzgado de Benidorm, que decretó el ingreso en prisión para ella ante la gravedad de los hechos.

Una «broma»

La mujer ha negado que pretendiera realmente acabar con la vida de los policías, achacándolo todo a una broma y a un malentendido. Sin embargo, los mensajes han sido tomados muy en serio por la Comisaría benidormense, que se ha personado en las diligencias como acusación particular como en otros casos en los que los perjudicados son agentes por hechos relacionados con el desempeño de su actividad profesional.

Las fuentes consultadas por este diario señalaron que la mujer tampoco disponía de datos suficientes sobre la identidad de los agentes. Ni nombres, ni direcciones, ni personas de su entorno cercano, por lo que tan sólo habría podido dar alguna descripción física de los objetivos.