­Cuesta poco imaginar a Joaquín Blasco como un niño de diez años que arrastra el dedo por los mapas antiguos del Viejo Continente para reconstruir las batallas de Napoleón Bonaparte mientras queda hechizado ante el gran imperio que forjó el empereur des français, aquel coloso geopolítico que dominó casi toda la Europa occidental y central de principios del siglo XIX a golpe de batallas y alianzas que capitularon en Rusia ante el «General Invierno». Apenas cuesta figurarse a aquel niño cautivado por la Historia cuando este hombre de Algemesí, ahora adulto, te cuenta que en su biblioteca particular conserva un millar de libros sobre la época napoleónica, que a su hija le puso el nombre de Elisa en recuerdo de la hermana de Napoleón y que tiene en sus armarios una decena de indumentarias completas (cada una de ellas con unas 25 piezas, arma incluida) para desfilar como un capitán del Regimiento de Infantería de Línea de Valencia 1808, una unidad militar con orígenes en 1658 y que durante la Guerra de la Independencia „la Guerra contra el Francés, la resistencia española contra las huestes de Napoleón„ luchó en la defensa de Valencia de 1808, las batallas de Tudela, Alcañiz, María, Belchite y la defensa de Zaragoza en 1809, Tarragona, Lleida y Sagunt en 1811.

Joaquín no es ningún loco ni un coleccionista extravagante. Es el presidente de la Asociación Napoleónica Valenciana, el grupo de recreación histórica fundado en Algemesí en el año 2003 y que estos días de mayo revive en Madrid el levantamiento popular de 1808 cuya represalia por parte de las tropas napoleónicas desató una ola de insurrección en toda España hasta desembocar en la Guerra de la Independencia. Hoy son medio centenar de soldados de unos 40 años de edad media en esta asociación napoleónica dedicada al estudio, la divulgación cultural y la recreación histórica de la época napoleónica. Respecto al nombre quieren evitar malentendidos: «No somos partidarios de Napoleón ni hacemos apología de su figura. Simplemente estudiamos y recreamos esa época. Y, además, ¡representamos a un regimiento español que combatió contra Napoleón! », apostilla Joaquín Blasco.

Todo empezó en Waterloo en el verano de 2002. A la mítica ciudad belga donde Bonaparte cavó su tumba política viajó Joaquín para presenciar la reconstrucción de la histórica batalla en el mismo campo donde se libró el combate. Aquel día vio la luz. Regresó a Algemesí y de una tertulia que mantenía desde 1994 bajo el nombre del Café Cultural „casi todos apasionados de la Historia„ nació el embrión del grupo de recreación histórica. Empezaron sólo seis personas. «Fuimos pioneros en la recreación de época napoleónica. Hoy existen unas treinta asociaciones y unas 600 personas involucradas en ellas», subraya Joaquín Blasco.

Quien desea probar en un desfile o en la recreación de una batalla como fusilero o piquero „los galones se ganan con el tiempo„, la asociación le presta vestimenta, complementos y arma simulada. Porque las armas de fuego que utilizan los miembros oficiales requieren de una licencia AE para armas de avancarga que expide la Guardia Civil.

El grupo ya hace tiempo que ha diversificado épocas de representación. «Recreamos la época romana, la medieval o batallas de los siglos XVI, XVII y XVIII», dice Blasco. Entre otras cosas, porque el filón napoleónico se agota. En 2015 termina el bicentenario de la época de Napoleón. «Entre eso y la crisis, han bajado mucho las representaciones», admite. Antes de zanjar la conversación, Blasco recalca que ellos no son militaristas, sino devotos de la Historia. Y de Napoleón, no puede evitar decir que «aunque se le critica mucho como invasor, tuvo ideas militares y políticas muy avanzadas para su época. Fue un gran estadista».