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En paro

En busca de mecenas para hacer la tesis

Una doctoranda valenciana pide 3.300 euros por internet para el trabajo de campo de su estudio sobre las vallas de inmigrantes

En busca de mecenas para hacer la tesis

El blog de María Isolda Perelló lleva un título y subtítulo revelador: «Investigar en tiempos extraños. Y de cómo cursar un doctorado en España sin desfallecer ni tirar la toalla». Ella, jurista e investigadora social de 37 años enrolada en la Unidad de Investigación en Migración y Desarrollo de la Universitat de València, y en paro desde 2011 salvo un contrato de tres meses, ha optado por una solución más propia del Renacimiento: el mecenazgo. Se ha lanzado por internet a la búsqueda de micromecenas que financien los 3.300 euros que necesita para realizar el trabajo de campo de su tesis doctoral. Quedan 34 días para que expire el plazo del crowfunding y le faltan 2.365 euros para lograr el objetivo.

Se trata de un estudio comparado entre el impacto de la política migratoria estadounidense sobre la frontera norte de México y la política migratoria española sobre la frontera sur con Marruecos. En 2012, con una bolsa de viaje de 1.375 euros y mucho dinero propio aportado, estuvo tres meses recorriendo e investigando el mayor corredor migratorio del mundo: Tijuana y sus alrededores. Ahora busca apoyo económico para viajar a Ceuta, Melilla, Tánger, Tetuán y Nador y pasar doce semanas en esta brecha entre el mundo rico y la tierra de los pobres. El contacto directo con la realidad de allí y las entrevistas en profundidad con algunos de los actores implicados serán el objetivo del viaje para el que busca la ayuda popular.

Tras publicar ya algunos artículos académicos sobre la frontera norte, la hipótesis que maneja María Isolda Perelló es contundente: «La militarización y el cierre definitivo de las fronteras» para el control de la migración irregular en un contexto de crisis económica mundial, «lejos de frenar la presión migratoria, está ocasionando la continua vulneración de los derechos humanos de la población migrante, quienes están siendo víctimas de un sistema que los criminaliza simplemente por su condición de no ciudadanos».

Es un trabajo de denuncia no sólo de la situación de los indocumentados en los dos corredores, añade esta jurista y doctoranda en Desarrollo Local y Cooperación Internacional. «Este método de financiación, aparte de necesario, también es una denuncia de cómo tenemos que financiar la situación académica de los investigadores. Porque aunque haya gente que se extrañe, cada vez es más difícil conseguir becas», explica.

Ella ha logrado que el Instituto de Estudios Ceutíes le haya aprobado una subvención de 3.300 euros para el proyecto. «El 10 % me lo dan ahora y el 90 % restante, cuando entregue el proyecto de la investigación». El resto lo piensa completar con el micromecenazgo que puede encontrarse por internet tecleando el nombre «Proyecto de Investigación Social sobre Fronteras». De momento lleva 785 euros recaudados, el 23 % del total.

Recompensas

Hay varias modalidades de ayuda en este curioso proyecto. Desde una aportación de 2 euros a cambio de que el nombre del mecenas aparezca en el cartel de la exposición fotográfica de Sergio Torres Gallardo que apoya la tesis y que se celebrará en Valencia a finales del año, hasta una contribución de 50 euros que se traduce en agradecimientos en distintas plataformas, un archivo comprimido con todas las fotografías de la exposición más dos imágenes en alta definición así como quien lo desee una charla virtual de 40 minutos vía skype sobre el objeto de estudio y los pormenores de la investigación.

De entrada, tras el viaje a la frontera estadounidense con México y el estudio de la bibliografía y la documentación del caso hispano-marroquí, María Isolda Perelló detecta algunos elementos comunes entre ambas fronteras. «Hay dos áreas geográficas con hacinamiento de indocumentados en condiciones infrahumanas: en Tijuana se amontonan los deportados y en el monte Gurugú de Melilla los inmigrantes que esperan para poder cruzar la frontera», señala.

Después están los centros de internamiento. «En España son de gestión pública y en la frontera de Estados Unidos son de gestión privada, pero en ambos casos se hallan en condiciones pésimas y suceden vulneraciones de los derechos humanos entre el hermetismo de los responsables, con las dificultades que ello acarrea para defender a los internos», deplora la investigadora. Pero necesita ir sobre el terreno para hacer bien el trabajo. Y para ello le urge el dinero. Quedan 34 días; faltan 2.365 euros.

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