­El científico valenciano Avelino Corma (Moncofa, 1951) ha sido hoy elegido Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, galardón que se ha hecho público este mediodía en Oviedo. Junto a Corma, en una conjunta, han sido premiados también el ingeniero químico estadounidense Mark E. Davis y el químico físico estadounidense Galen D. Stucky "por su contribuciones al desarrollo de los materiales microporosos y mesoporosos y sus aplicaciones". De este modo, el investigador y fundador del Instituto de Tecnología Química (ITQ) de Valencia -un centro mixto de la Politècnica de València y del CSIC„ se une al selecto club de valencianos con un Príncipe de Asturias de la Investigación Científica como el bioquímico Santiago Grisolía (galardonado en 1990) o el físico Federico García Moliner (en 1992).

En los últimos años han sido condecorados con este galardón de Prestigio internacional los pioneros del desarrollo de Internet Lawrence Roberts, Robert Kahn, Vinton Cerf y Tim Berners-Lee; la primatóloga Jane Goodall; los padres de la telefonía móvil y la arroba Ray Tomlinson y Martin Cooper; el neurólogo portugués Antonio Damasio; o los descubridores del bosón Higgs.

Corma ha aplicado la catálisis a procesos de refino de petróleo y petroquímica, a la transformación de la biomasa y a distintos procesos químicos destinados a la producción de fármacos y fragancias, el diseño de materiales para la liberación controlada de fármacos. Además, tiene firmadas unas 900 publicaciones científicas y más de un centenar de patentes que en la última década han generado entre 3 y 4 millones de euros en licencias y «derechos» para el CSIC y la UPV. El investigador de Moncofa, uno de los 60 químicos más influyentes del mundo, recibió el Premio Importante de Levante-EMV de mayo de 2011. Su campo de investigación se ha centrado en los catalizadores de síntesis, materiales que aceleran las reacciones químicas y las hacen más eficientes al permitir obtener la sustancia deseada y reducir los desechos. Según consta en su web, ha trabajado en «el diseño de catalizadores sólidos uni y multifuncionales con centros catalíticos aislados y bien definidos.

En consecuencia, la síntesis, caracterización y reactividad de materiales cristalinos microporosos tales como zeolitas y compuestos laminares; materiales híbridos órgano-inorgánicos, así como clusters metálicos y nanopartículas. La preparación de catalizadores con sitios activos bien definidos, singulares o múltiples, nos permiten también llevar a cabo reacciones en cascada en procesos relacionados con la petroquímica, transformaciones de biomasa para producir combustibles y productos químicos, así como procesos fotocatalíticos con especial énfasis en la activación de CO2 y H2O».

El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica se concede desde 1995 a la persona cuyos descubrimientos o labor de investigación representen una contribución relevante para el progreso de la Humanidad en los campos de las Matemáticas, Física, Química, Biología, así como técnicas y tecnologías relacionadas con ellas.

En estos momentos, Avelino Corma se encuentra de viaje en Arabia Saudí, según han señalado fuentes de la Universitat Politècnica de Valencia. Entre los finalistas, según fuentes del jurado, compitió hasta última hora con el bioquímico asturiano Carlos López Otín (Sabiñánigo, Huesca, 1958), un catedrático de biología molecular de la Universidad de Oviedo centrado en la investigación de los genomas, el cáncer y el envejecimiento, campos en los que ha alcanzado un prestigio internacional.

Trayectoria

Según figura en su currículum, Avelino Corma estudió química en la Universidad de Valencia (1967-1973) y se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid en 1976. El trabajo lo realizó bajo la dirección del Profesor Antonio Cortés Arroyo en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (CSIC.) Después de dos años de estudios en el Departamento de Ingeniería Química de la Queen's University en Canadá, entró como investigador en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1979. En 1987 pasó a ser profesor del CSIC. Desde 1990 y hasta el 2010 dirigió el Instituto de Tecnología Química, centro Mixto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Politécnica de Valencia.