Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Descubrimiento

El Oceanogràfic halla el "talón de aquiles" de cetáceos y tortugas

Tres científicos acreditan que estos animales también sufren los problemas de descompresión que obligan a tratar durante horas a los buzos

Una tortuga marina atendida en el Arca del Mar del Oceanogràfic. CACSA

Dos veterinarios del Oceanogràfic de Valencia han descubierto que cetáceos y tortugas marinas también sufren el denominado «síndrome descompresivo» si se ven forzados a subir a la superficie sin realizar diversas paradas para equilibrar la presión dentro de su organismo.

La brusca descompresión, que provoca el mayor número de accidentes mortales entre los buceadores profesionales por embolia gaseosa, podría ser también la causa de muerte de muchos de estos animales marinos que en algún caso se encuentran amenazados de extinción y explicaría algunas mortandades masivas hasta ahora inexplicables.

El descubrimiento ha obtenido el Primer Premio de Conservación en el 34 Congreso Internacional de Biología y Conservación de Tortugas Marinas celebrado en Nueva Orleans.

Un estudio realizado por el Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias dirigido por Daniel García y José Luis Crespo, dos de los veterinarios del centro, ha demostrado que los animales marinos pueden sufrir el «síndrome descompresivo», tal como ocurre con los buceadores que no realizan las paradas de descompresión.

Según explicaron fuentes del Oceanogràfic, hasta ahora se suponía que estas especies, que bucean aguantando la respiración, habían evolucionado a lo largo de millones de años para evitar este problema.

Sin embargo, hace años que los científicos observaron que algunas tortugas bobas que recibían en el Arca del Mar entregadas por los pescadores tras una captura accidental «presentaban signos compatibles con embolia gaseosa o síndrome descompresivo».

El descubrimiento, además de su alcance científico diversas organizaciones internacionales ya han contactado con el Oceanogràfic para colaborar y establecer estrategias de conservación ha permitido salvar a algunas tortugas afectadas mediante «terapia hiperbárica».

El problema, explican, es que las tortugas, por su tamaño y extraordinaria resistencia, pueden ser tratadas a tiempo en una cámara de descompresión cuando llegan al Arca, algo que se complica cuando no se hace imposible con los cetáceos debido a su gran tamaño y a la severidad del proceso que se desata en su organismo.

«Los síntomas observados en las tortugas recuperadas en el Oceanográfico ya habían aparecido en cetáceos, con evidencias bastante contundentes, tras unas maniobras militares en Canarias y otras zonas, pero no se había podido demostrar nada», explican.

La prueba definitiva ha consistido en observar como las tortugas respondían y mejoraban al tratamiento en la cámara hiperbárica.

El descubrimiento obliga a revisar los protocolos de intervención sobre estos animales y ha revaluar el impacto de algunas actividades humanas como las pesquerías sobre estas especies.

Compartir el artículo

stats