Una de las obras prometidas por el Gobierno socialista en el Protocolo de Carreteras 2005-2010 para la edición de 2007 de la Copa del América, que se inició en 2008, se inauguró ayer oficialmente tras ocho años de trabajos, que han puesto a prueba la paciencia y pericia de muchos conductores. Se trata de las obras de mejora de la V-21, la carretera litoral hacia Barcelona, que han consistido en dotar de un tercer carril a la autovía y mejorar los enlaces con cinco poblaciones: Alboraia, Massalfassar, la Pobla de Farnals, El Puig y Puçol, tras una inversión total de 28,5 millones de euros (incluidas las expropiaciones, iluminación de algunos tramos y cinco tramos de pantallas antirruidos). La ejecución de las obras ha ascendido a 24,48 millones, aunque el presupuesto de adjudicación inicial fue de 23,8 millones de euros.

Los trabajos han tenido que superar todo tipo de dificultades como el concurso de acreedores de la primera empresa constructora, Sedesa Obras y Servicios, S. A. (la de la familia Cotino), por lo que los trabajos los ha tenido que finalizar la unión temporal de empresas formada por Urbamed y Eiffage Infraestructuras, bajo la dirección de obras de MS Ingenieros. O la obligación de que las obras se ejecutaran siempre en horario nocturno, de 22 a 7 horas, para entorpecer el tráfico lo menos posible, y sin cortar la circulación.

La inauguración de la mejora de la autovía estuvo ayer «presidida» por el director general de Carreteras, Jorge Urrecho, que estuvo acompañado por más de medio centenar de todo tipo de cargos públicos: la consellera de Infraestructuras (Isabel Bonig), algunos de los alcaldes de los 11 municipios beneficiados por la actuación, el delegado del Gobierno (Serafín Castellano) y una nutrida representación de diputados valencianos populares.

El alto cargo de Fomento visitó Valencia prevenido y con la lección aprendida. «En esta legislatura hemos puesto en servicio 32 kilómetros de carreteras con una inversión de 104 millones», aseguró antes de que ningún periodista le preguntara por las reivindicaciones empresariales ante la baja inversión en infraestructuras y la infrafinanciación en la Comunitat Valenciana. Sobre esto último, Urrecho sólo pudo responder que «intentaremos tener el máximo presupuesto posible, porque tenemos una relación cordial con la C. Valenciana». Bonig también salió al rescate del director general: «El compromiso de Fomento es acabar las obras empezadas, aunque esta es la legislatura del ferrocarril» (por las obras del tercer carril en el corredor mediterráneo).