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Ciudad de las Artes y las Ciencias

Calatrava cede a la presión y presenta una nueva solución para la cubierta de Les Arts

Cacsa debe valorar ahora la propuesta del arquitecto valenciano y la UTE constructora del edificio - Economía decidirá si cumple con las exigencias

El arquitecto Santiago Calatrava y la UTE constructora del Palau de les Arts Reina Sofía han presentado la documentación requerida por la Generalitat con la nueva propuesta para sustituir la cubierta cerámica del Palau de Les Arts Reina Sofía.

Según confirmaron ayer a Levante-EMV fuentes de la Conselleria de Economía, el arquitecto y las empresas constructoras del coliseo valenciano han cedido a la presión pública del organismo y cumplieron con el plazo señalado por la Generalitat para presentar la documentación, que expiraba ayer. Según las mismas fuentes, es ahora la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) la que deberá valorar si la nueva propuesta coincide con las exigencias de la Generalitat que solicita, entre otros aspectos, que el problema no se repita en, al menos, diez años.

Desde la conselleria no detallaron las nuevas condiciones propuestas por Calatrava y la UTE y adelantaron que será a lo largo de la próxima semana cuando la estudien y hagan una valoración oficial. Además, recordaron su intención de llegar a una «solución amistosa» con las partes, pero reiteraron que no descartan emprender acciones legales si fuera necesario.

El conseller de Economía, Máximo Buch, ya aseguró tajante el viernes, como publicó este periódico, que no va a «transigir» ni a hacer «ninguna componenda» con el arquitecto y la UTE para sustituir la cubierta del edificio y les exigirán que cumplan sus condiciones.

El problema que hasta ahora ha impedido el acuerdo, según Buch, es que la Generalitat reclama una garantía de diez años, de manera que, si se produce algún incidente en el revestimiento, Calatrava y la UTE se hagan cargo de la reparación, y un informe técnico que fije que a partir de la década el riesgo de desprendimiento será «muy bajo». Las otras condiciones de la Generalitat son que hay que ejecutar un recubrimiento de la cubierta liso, de superficie uniforme y sin ondulaciones, es decir, «que no vale pintar», precisó Buch, porque entonces «las irregularidades de la superficie se ven», ya que es «como el casco de un barco».

Asimismo, el recubrimiento utilizado ha de ser «de tipo cerámico, blanco, con brillo y duradero, lo más similar en color y apariencia» al original, lo que según Buch «abre la puerta» a que se pueda instalar «otro tipo de plancha cerámica del mismo color», pero que en lugar de adherirla con mortero se haga de otra forma.

El conseller consideró que la solución técnica de la cubierta original «sería la mejor», porque mantendría la imagen del edificio, pero admitió que, si al final «no tiene las suficientes garantías», se opte por otra medida, siempre que la superficie sea de cerámica blanca.

Otro requisito es que la solución constructiva requiera un mantenimiento «económica y técnicamente razonable», es decir, que no sea «complicado» ni tenga un «coste muy alto» de mantener, porque eso corre a cargo del propietario, la empresa pública Cacsa. Si se cumplen estas «condiciones marco» habrá acuerdo, y si no se iniciarán los procedimientos judiciales para reclamar a la UTE y a Calatrava la compensación económica por los daños sufridos, incluido el coste de volver a poner el recubrimiento, que en el caso del revestimiento cerámico estará por los dos millones de euros.

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