Leire Pajín vuelve a la política. Y lo hace convirtiéndose en una de las noticias del Congreso del PSOE celebrado este fin de semana en Madrid y que ha proclamado líder al madrileño Pedro Sánchez. La exministra alicantina bajo el mandato de Zapatero ha pedido reincorporarse al día a día del partido tras su periplo americano desde que hace justo dos años se marchó a Nueva York para trabajar en la Organización Panamericana de Salud (oficina regional de la OMS), donde ahora se le acaba el contrato.

Pajín contactó el viernes con el líder del PSPV, Ximo Puig, para trasladarle sus intenciones. Puig ha tenido que forzar la máquina para conseguir que Sánchez, reticente a hacerle un hueco, la incluyera en la lista del comité federal, la dirección ampliada del PSOE. Finalmente, su condición de exsecretaria de Organización federal, como marca la tradición, le ha facilitado el salvoconducto a este órgano del partido. Allí tendrá un pequeño altavoz.

Pajín renunció hace dos años a su escaño como diputada en el Congreso, así como al cargo de vicesecretaria general del PSPV en la Ejecutiva de Puig. Con todo, mantiene su influencia en Alicante a través de su delfín, el secretario general provincial David Cerdán.

Una influencia limitada, cabe apuntar. Pajín, que respaldaba a Madina en la carrera por liderar el PSOE, no consiguió ganar ni en su municipio (Benidorm) ni en el conjunto de la provincia. Por Alicante, de hecho, ha venido la bronca para Ximo Puig en este congreso. El pajinista (y madinista) Cerdán, que se ha quedado fuera de la lista al comité federal, anunció que «rompe» su relación con Puig. Habrá que ver si la llegada de Pajín, que en su día fue un apoyo clave para el actual líder del PSPV, atempera los ánimos o aumenta las tensiones en el sur de la C. Valenciana a menos de un año para las elecciones.

Puig, referente anticorrupción

La vuelta de Pajín, de hecho, fue la sorpresa en la lista de Sánchez al comité federal. Como se esperaba, tanto la composición de la Ejecutiva como el comité, que se conocieron pasadas las una de la madrugada del domingo, confirman el aumento de la influencia de la federación valenciana.

Puig y la diputada de Burjassot Carmen Montón estarán en el núcleo duro de Sánchez, con las secretarías de Reformas Democráticas e Igualdad. «El objetivo era salir del congreso reforzados en el PSOE y estar en el cogollo de España para ganar visibilidad y ganar la Generalitat», celebraban en Blanquerías. Puig, además, es el señalado para dictar las políticas anticorrupción y por la transparencia.

Además, el PSPV aumenta de forma considerable su presencia en el comité federal, como ya apuntaba este diario ayer. Sánchez eleva de 7 a 11 los miembros designados por Ferraz, el 10% de los 107 integrantes. El nuevo líder incorpora a la eurodiputada Rodríguez Piñero, como ha hecho con casi todos los miembros de la anterior ejecutiva; Joan Lerma y Ciprià Ciscar siguen en calidad de dirigentes históricos.

Además, Puig y Sánchez incorporaron a las tres piezas clave de su campaña de primarias: los diputados José Luis Ábalos (Valencia), Susana Ros (Castelló) y Gabriel Echávarri (Alicante). Por esta última provincia, además de Pajín, Puig propuso a la número dos en la dirección provincial, Toñi Serna, lo que no fue suficiente para David Cerdán.

Perelló, cerca de la Ejecutiva

A ellos se suman Carmen Martínez, que continúa, y Alfred Boix, número dos de Puig que será la voz de la delegación valenciana. El complicado juego de equilibrios entre provincias y familias hizo que Puig dejara fuera de sus propuestas a los críticos encabezados por Toni Gaspar. Sí llega al comité federal el exeurodiputado Andrés Perelló, pero por la cuota de Izquierda Socialista, corriente que sale reforzada tras el gran resultado de Sánchez Tapias. Perelló, de hecho, hubiera entrado en la Ejecutiva de haber aceptado Pedro Sánchez la integración que le reclamaba Tapias. La corriente IS pasa de tres a 11 miembros, entre los que también se encuentra Manolo Mata, designado en el congreso nacional del PSPV.