El exjefe del Departamento Técnico de RTVV, Lluís Sabater, declaró ante el juez del caso Gürtel que recibió todo tipo de presiones para validar que el contrato de instalación de las pantallas gigantes en la visita del Papa se lo llevara la trama Gürtel. Sabater, según un informe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (Udef) de la Policía Nacional fechado el pasado 23 de julio, confesó que el proceso de selección fue un «pufo». «Mi cargo es un cargo de libre designación, tenía allí dos hijos trabajando en esa empresa, un ingeniero y una licenciada, y... Y... Tenía que decidir si firmaba eso o me arriesgaba a cualquier represalia», declaró el todavía imputado en la pieza separada número 4 del caso Gürtel que investiga la visita del Sumo Pontífice a Valencia.

Sabater defiende en su interrogatorio que se negó hasta en tres ocasiones a firmar la adjudicación a la empresa Teconsa, de la trama Gürtel, para quien se había cocinado el concurso, según la Udef. El exjefe del Departamento Técnico de RTVV aporta en su defensa un viaje a Roma en las fechas en que se cerró la contratación de las pantallas gigantes a la red corrupta que desvió 3 de los 7,4 millones que le pagó Canal 9.

Además de sus declaraciones y duras acusaciones ante el juez, Sabater ha realizado un informe que el fiscal Anticorrupción ha incorporado a la causa el pasado 23 de julio en el que relata punto por punto cómo se fraguó el «pufo» de la Gürtel en la visita del Papa. Sabater relata cómo cuatro de las siete ofertas que se presentaron al procedimiento no negociado del montaje tenían que haber sido expulsadas del concurso porque no cumplían los requisitos. De hecho, añade, se utilizaron para «argumentar que se presentaron libremente y que hubo concurrencia pública». El exjefe del Departamento Técnico apunta que la trama Gürtel podría haber copiado alguna de estas ofertas, lo que demostraría que disponían de información privilegiada en el supuesto concurso, como también ha demostrado la Policía.

En el informe, el exjefe del Departamento Técnico revela que la trama conocía antes que nadie que el número de pantallas que se iban a montar era de 47. Además, Sabater demuestra que la empresa Teconsa, que era una constructora, falsificó su experiencia en la instalación de estas pantallas atribuyéndose los trabajos de la mercantil a la que subcontrató el trabajo real.