Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Normativa

Los escudos de 231 municipios no tienen validez oficial al incumplir la norma fijada hace veinte años

El 43 % de pueblos valencianos desoye el decreto de 1994 que pretende dar rigor histórico y heráldico a las enseñas

Escudos oficiales de Rafelcofer, Beniflà, Villena y Parcent

Da igual que figuren en programas de fiestas, ilustren páginas web o luzcan en documentos oficiales: los escudos de 231 municipios valencianos no son oficiales y discurren al margen de la normativa autonómica aprobada hace ahora veinte años para que la heráldica municipal fuera rigurosa con la historia y con la identidad local. Según datos del Consell Tècnic d'Heràldica i Vexil·lologia Local de la Generalitat Valenciana, desde que en 1994 se publicó el decreto que regula los símbolos, tratamientos y honores de las entidades locales valencianas y que determina los criterios y principios heráldicos básicos que cabe respetar, sólo 311 ayuntamientos han pasado el trámite para que su escudo sea oficial después de las modificaciones o adaptaciones necesarias, que en la mayoría de casos han cambiado la enseña que llevaban décadas utilizando y que había sido reconocida por el antiguo Ministerio de la Gobernación o su sucesor, el de Interior, antes de transferirse esta competencia.

El resto el 43 % de pueblos de la Comunitat Valenciana sigue sin adaptar su escudo a la normativa, que se asienta en cuatro pilares básicos. Primero, el escudo de la entidad local debe fundamentarse en sus antecedentes históricos: es decir, no cabe el dibujo de un castillo en el escudo si no hubo fortaleza en el pueblo y es incorrecto lucir las armas reales cuatribarradas si el municipio no perteneció al realengo durante gran parte de su historia. Segundo, la forma del escudo ha de ser cuadrilonga de punta redonda, salvo casos debidamente justificados en la tradición histórica en los que puede utilizarse un losange de ángulos rectos. Tercero, debe utilizarse por timbre la corona real abierta conforme a la tradición valenciana y no la corona cerrada, de tradición castellana y, pese a ello, implantada en numerosos escudos valencianos. Por último, no puede adornarse el escudo municipal con ningún otro ornamento exterior ni lemas o filacterias.

Hace poco el consejo heráldico ha enviado una carta a los ayuntamientos que no han regularizado su enseña local un proceso voluntario, no obligatorio para animarles a dar el paso. El aviso tiene lugar en un momento de cierta parálisis heráldica. Según datos de la Generalitat, entre 2013 y lo que llevamos de 2014 sólo se ha aprobado un nuevo escudo municipal. Contrasta con las 35 enseñas validadas en 2002, las 15 de 2003, las 18 de 2004, las 10 de 2005, las 15 de 2006 o las 13 de 2007. Entre 2008 y 2014 sólo se han aprobado 21 escudos. En el caso de las banderas cuya ciencia es la vexilología la situación es peor. Únicamente hay oficializadas 112 banderas municipales: apenas uno de cada cinco pueblos.

Una de las razones por las que numerosos ayuntamientos no quieren homologar su escudo a los criterios de la Generalitat es por no perder la enseña que les acompaña desde hace unas décadas. Cada año hay algún pueblo que inicia los procedimientos para tener escudo oficial y que luego recula, al ver la propuesta enviada por el consejo heráldico, porque cambia el símbolo al que están acostumbrados.

Compartir el artículo

stats