Ignacio Roda tiene 36 años y es de Valencia capital. En 2008, montó la empresa Mobincube, con la que ha desarrollado un software que permite a cualquier persona crear una aplicación móvil de cualquier tipo con la que el usuario puede incluso sacar dinero. El equipo principal, de 23 personas, continúa en Valencia, pero él se ha marchado a la llamada «tierra de las oportunidades», a Estados Unidos, para ampliar el negocio. Su objetivo es formar un equipo comercial en Estados Unidos.
¿De dónde le viene esa actitud emprendedora?
Aunque suene a tópico, lo llevo en la sangre. Mi padre ha montado muchas empresas, y yo es lo que he visto desde que era pequeño. También mi abuelo Ramiro alimentó ese espíritu en mí. .
¿Cuál es la historia de Mobincube?
Todo comenzó como un juego hace ya 11 años. Me junté con un amigo, Fernando Marzal, y creamos la primera empresa, con la que destacamos en el desarrollo de videojuegos móviles. Unos años más tarde, nos interesamos por el mundo de las aplicaciones (app). Pero como había mucha competencia, decidimos no ser un desarrollador más, sino desarrollar un software sencillo que permitiese a cualquier persona crearse una propia. Y así, en 2008 iniciamos una nueva aventura: Mobincube.
¿De qué manera saca rentabilidad a la empresa?
Las app gratuitas, incorporan publicidad y el usuario que las ha creado recibe el 70 % de los ingresos generados con cada «clic»; nosotros nos llevamos el resto. Los que prefieren no tener publicidad, pagan 9,99 euros al mes. A día de hoy, tenemos 350.000 usuarios de 200 países, que van desde los 13 hasta los 60 años.
Ha tenido ayudas públicas...
Sí. Pese a la equivocada creencia popular, en España hay muchísima financiación pública. Simplemente hay que saber buscarla. Nosotros financiamos nuestra etapa inicial gracias a entidades públicas como CDTI, ENISA, ICO y al Instituto Valenciano de Finanzas.
Se ha marchado a Silicon Valley. ¿Por qué?
Ninguna ciudad puede compararse con la bahía de San Francisco, que sigue siendo la capital mundial de la tecnología. Estar aquí me permite hablar con miles de empresas internacionales sin tener que desplazarme. A nivel de inversión, hay muchas más oportunidades que en España. Están más acostumbrados al riesgo.
¿Van saliendo las cuentas?
La decisión de venir aquí no fue fácil. Hay que hacer una inversión enorme. En mi caso, todavía fue más complicado porque me acompañan mi mujer y mis dos hijos pequeños. La vida aquí es ridículamente cara: vivienda, sanidad, colegios, etc. Somos conscientes de que tardaremos tiempo en ver los resultados. Hace un mes cambiamos radicalmente el modelo de negocio y ya estamos notando una clara mejoría.
¿Su objetivo principal?
Convertir Estados Unidos en el mercado principal de Mobincube. Para ello tengo que atacar muchos frentes: atraer usuarios, conseguir distribuidores, seducir a los medios de comunicación, etc.
¿Qué ha dejado atrás?
La posibilidad de que mis hijos disfruten de sus abuelos, sus tíos y sus primos. Mucha gente me felicita por mi valentía de venir aquí. Pero en realidad, quien tuvo la decisión más dura fue mi mujer, Paula. Ella tuvo que dejar un empleo de 13 años para venirse aquí, donde no le valen sus estudios de abogada. Siempre se habla de los emprendedores, pero pocas veces se menciona a las personas que hacen posible que uno pueda estar tan centrado en su empresa.
