La pluralidad informativa y Canal 9 no han sido un matrimonio bien avenido. Las audiencias masivas y el canal autonómico tampoco han mantenido una relación armoniosa. Salvo al final de sus 24 años de vida. El último suspiro de la televisión pública valenciana, el de la muerte, el que dio a las 12,19 horas del 29 de noviembre de 2013, alcanzó un 36% de cuota de pantalla. Fue algo claramente excepcional.
En los días previos al apagón y en especial las últimas 12 horas de emisión, cuando la oposición tomó el plató como para recuperar el tiempo perdido, se alcanzaron shares que rozaron el 30%. Pero la tónica general de los últimos años era de retroceso permanente de las audiencias hasta situarse por debajo del 4%. En RTVV lo sabían. Porque estaban abonados a Kantar Media, la empresa de estudios de mercado filial de Sofres. El servicio permanente de información sobre los registros de los audímetros se paga. Pero, fuentes de RTVV indicaron que resulta un instrumento básico para poder planificar la programación y saber los perfiles de público de la cadena.
De 21.000 euros al alza
La deuda de Canal 9 con Kantar Media alcanzó, a 31 de diciembre de 2011 fecha tope de una factura para poder entrar en el plan de pago a proveedores un total de 567.668 euros, según las cuentas realizadas por este diario a partir de las 21 facturas detectadas en la relación de deudas que el canal autonómico remitió a la Generalitat para que fueran financiadas con cargo al fondo de los 4.354 millones transferidos por el Ministerio de Hacienda. Ninguno de estos recibos está por debajo de los 21.000 euros. El contrato con Sofres era uno de losque se firmaban a través de la plataforma de contratación de la red de cadenas autonómicas públicas agrupadas en la Forta.
