Podemos, la formación liderada por el mediático profesor universitario Pablo Iglesias, ha irrumpido en el mapa electoral valenciano a costa de tradicionales votantes del Partido Socialista y de Izquierda Unida. El PSPV, de hecho, asume que ha nacido un nuevo actor a tener en cuenta en el ya dinamitado espacio progresista. De esta manera, ayer en Morella, los socialistas valencianos celebraron una reunión de su dirección permanente para preparar la próxima comisión ejecutiva, en la que se consensuará la nueva estrategia de un año marcado por unas elecciones autonómicas y locales que se prevén decisivas, y probablemente las más reñidas desde que el PP ganó la Generalitat.

A la cita asistieron 25 dirigentes y se abordó la necesidad de impulsar un acción política eficaz que contenga la más que posible fuga de votos hacia Podemos, tal como auguran las últimas encuestas realizadas a nivel estatal -unos sondeos que, en algún caso incluso han elevado a esta formación de nuevo cuño como la tercera fuerza política, a muy poca distancia del PSOE-.

Hasta las elecciones europeas, la preocupación del PSPV estaba en la evolución ascendiente de Compromís, pero ahora se ha sumado otra formación. Según fuentes presentes, hubo voces que admitieronque Podemos ha llegado para quedarse y que parte de su electorado votó al Partido Socialista en anteriores comicios. Por ello, indicaron que el PSPV ha de intentar atraer a ese caladero progresista que ha quedado desencantando con las fuerzas tradicionales.

Públicamente, los líderes socialistas propugnan que el PSPV ha de centrarse en una estrategia propia y desligada de Podemos, pero en privado reconocen su impacto en las perspectivas socialistas. Las encuestas apuntan que el PP podría perder la mayoría absoluta pero que la alternativa de izquierdas se ha ampliado de un tripartito a un cuatripartito.