Cuatro profesores litigan en los tribunales valencianos por conseguir el permiso de lactancia para cuidar a sus hijos que les ha denegado la Conselleria de Educación que preside Mª José Català. Todos ellos, dos de Alicante y dos de Valencia según informa la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), se han encontrado con el «no procede» de la conselleria al estar sus parejas en paro.

Tanto la normativa estatal del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) como el decreto autonómico de 2008 que regula los permisos del personal docente no universitario de la conselleria fijan las condiciones del descanso por lactancia. Las madres docentes, tras las 16 semanas de la baja de maternidad, tienen derecho a una hora de ausencia de trabajo al día para cumplir con este menester hasta que el bebé cumpla los 12 meses. Un tiempo que pueden acumular en jornadas completas en un único permiso retribuido de 28 días laborables.

Sólo si la madre trabaja

La legislación valenciana, que transcribe el EBEP, recoge que el permiso por lactancia «podrá ser disfrutado indistintamente por la madre o por el padre, en el caso de que ambos trabajen, pero en cualquier caso sólo por uno de ellos». Fuentes de Educación reconocen que en los «pocos casos de profesores que piden el permiso de lactancia, si la madre no trabaja no se concede al no cumplir los requisitos exigidos legales».

La CSIF insta a la conselleria a aplicar una sentencia del 30 de abril del Tribunal de lo Contencioso-Administrativo Nº 1 de Zamora, que es firme al no haberla recurrido la Junta de Castilla y León, en la que reconoce el derecho de un profesor al permiso de lactancia aunque su pareja no trabaje.

El fallo separa la lactancia del acto biológico de dar el pecho, ya que existe tecnología que lo permite, y lo entiende como tiempo de cuidado al hijo, independientemente del género del progenitor. Además, en base a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) destaca que la denegación del permiso al padre porque la madre no trabaje supone una doble discriminación. En primer lugar, para el padre, que no recibe el mismo trato que la mujer en cuanto a derechos y deberes en el cuidado de los hijos; y en segundo lugar, para la madre, que no dispone de igualdad de trato en el acceso y promoción laboral, y además supone «una división sexista de papeles en las relaciones familiares».

Uno de los docentes que ha denunciado a la conselleria es Gustavo Fernández, maestro de primaria en el colegio público Fabraquer del Campello. Solicitó las 28 jornadas de lactancia el 1 de octubre de 2013, al día siguiente de nacer su primer hijo. Acusa a Educación de «dilatar los plazos al máximo», tanto en la denegación del permiso como en la desestimación del recurso de alzada, con lo que el tribunal acaba de fijar la vista del contencioso para el 2 de noviembre de 2015, cuando el su hijo tendrá ya más de dos años. Es decir que aunque gane el litigio, al haber desaparecido su finalidad pues el niño no será un lactante, lo único que tendrá derecho como en el caso de Zamora es a cobrar las horas de permiso no descansadas.

El docente justifica su lucha por participar en la crianza de su hijo porque considera «injusto que una mujer, por el hecho de estar en paro se tenga que dedicar a cuidar a su bebé». Además, ve «discriminatorio» que sus compañeras «tengan el permiso de lactancia, independientemente de que su pareja trabaje o no, y los hombres no».