El Grupo Gimeno ha asumido las obras de reparación de la escultura de Juan Ripollés de la entrada sur de Castelló, que fue derribada por el viento el 26 de enero de 2013, tras las divergencias surgidas entre el artista y la anterior constructora. La nueva empresa retomó ayer los trabajos tras arrancar sin éxito a primeros de año. El propio artista admitió a este diario que, desde el derrumbe de la estatua, ha habido una larga negociación entre la ingeniería, y la constructora de la obra, ayuntamiento, escultor y aseguradoras para ver quién asumía el coste (valorado inicialmente en torno a los 100.000 euros). En diciembre el ayuntamiento anunció un principio de acuerdo, por el que una empresa de grúas se hacía cargo del montaje de la estructura y el consistorio se encargaba de la supervisión de las tareas (con un presupuesto de 12.000 euros) . Pero el artista no veía con garantías esta forma de restauración y decidió bloquearla.
Ripollés ha cambiado de mercantil y la nueva responsable de las obras grupo Gimeno afronta el proyecto en el apartado técnico y el económico. El escultor explicó que los trabajos afectarán a todo el monumento, tanto al brazo caído por el viento como la pieza que se conserva en pie, y que sólo se mantendrán «algunas cicatrices» de la piel.
Ripollés revisará la parte dañada coronada por palomas en su taller, mientras la base se subsanará en la misma rotonda de la ronda Sur. Por ahora el autor descarta concretar plazos sobre la reinauguración de la escultura reformada. Juan Ripollés se mostró ayer muy dolido con los partidos de izquierda. Los grupos municipales de la oposición de Castelló -PSPV, Compromís y Esquerra Unida han realizado manifestaciones en las que se han opuesto a una posible inversión económica por el ayuntamiento en la reparación. El polifacético artista se ha sentido denostado por estas declaraciones de las formaciones progresistas. «Me he sentido maltratado, piensan que quiero hacerme rico cuando no es así, y el Partido Popular no ha sabido defenderme. Yo quiero hacer mi trabajo y ya está, y ellos que digan lo que quieran». Ripollés estuvo en el ojo del huracán con la polémica escultura del aeropuerto de Castelló, que costó 300.000 euros.
