Joan Calabuig ya es oficialmente el candidato socialista a la alcaldía de Valencia. Contaba con el apoyo de la dirección nacional de Ximo Puig y era el claro favorito. No hubo sorpresa. Calabuig se impuso con el 66,67 % de los votos al recibir el apoyo de 580 militantes; más del doble que el candidato alternativo Pedro Sánchez, que sacó 245 votos (el 28,16 %). Ni un milímetro fuera del escenario previsto.

No hubo incidentes, pero la mayor crítica del sector alternativo fue la desmovilización de la militancia. Hubo, de hecho, más avalistas en el proceso previo que votantes en la jornada de primarias. Muchos se quedaron en casa. La participación en las primarias de la capital se quedó en el 62 %, varios puntos por debajo de lo habitual en los domingos electorales y 20 puntos por detrás de las primarias que eligieron a Puig candidato a la Generalitat hace unos meses, con más del 80 % de participación. Blanquerías lamentaba anoche que el veto de la dirección del PSOE a las primarias abiertas a la ciudadanía haya frenado la «re-conexión» con la militancia.

Calabuig se enfrenta así a su segundo asalto a la alcaldía en un escenario favorable para el cambio, pero incierto por la izquierda. El candidato ya sufrió un varapalo en 2011, cuando el partido se desplomó al 21, 7 % de los votos, con solo 8 de los 33 concejales. Compromís y EU socavaron su electorado. Hoy el escenario, con Podemos o Guanyem, está más fragmentado aún.

Repite candidato por primera vez

Calabuig celebró anoche el gesto de «estabilidad y confianza» que el partido lanza a los ciudadanos. No en balde, es la primera vez en 23 años que el PSPV repetirá rival ante Rita Barberá, una noticia en un partido en permanente convulsión. «Ofrecemos a los ciudadanos una alternativa clara, una candidatura clara. Salimos reforzados para ganar Valencia al PP. Sabemos lo que queremos» frente al resto de alternativas de izquierda que no ha decidido cómo se presentará, deslizó. Y añadió: «Ofrecemos un gran proyecto dirigido a trabajadores, a las clases medias que piden cambio. Vamos a trabajar con ellos para construir alternativa».

También en Castelló se impuso la candidata a la que apoyaba Puig, la portavoz Amparo Marco. Fue, sin embargo, mucho más reñido. El desconocido Germán Renau capitalizó el apoyo de todos los críticos. Venció Marco por 21 votos.

Puig, en realidad, fue también ganador de las primarias sin presentarse. Su dirección sale bien parada de un proceso que, a última hora, parecía que se había envenado. En las tres capitales de provincia (en Alicante no hubo primarias) competirán los candidatos respaldados por Puig. También en Torrent, donde Blanquerías ha impulsado al histórico exalcalde Jesús Ros en su regreso a la política, diez años después de dejarlo. Y en Elx, tercera ciudad por población. Allí el partido se encuentra en una situación convulsa, con una gestora que dirige Antonio Torres y hasta cuatro candidatos en la votación de ayer. Uno se retiró en la previa previo pacto con el ganador. Se impuso con claridad (49 % de los votos) Carlos González Serna, que era el hombre de consenso.

Siguiendo en Alicante, Aspe provocó otro sorpresa. Se impuso el alcalde Manuel Díez (59 %) y perdió María Isabel Cerdán, candidata impulsada por David Cerdán, que es concejal del municipio además de secretario general provincial.