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Entrevista | Antoni Trilla

"Teresa ha tenido suerte pero no podemos cantar victoria"

"Es la epidemia del ébola más importante aunque hay otras enfermedades más letales"

"Teresa ha tenido suerte pero no podemos cantar victoria"

El ébola nos tiene asustados por el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, de momento felizmente superado, pero hay otras enfermedades mucho más letales como el sida, la malaria, algunas diarreas y la gripe. Es el diagnóstico de Antoni Trilla García, jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, profesor de Salud Pública de la Universitat, consultor científico para la Generalitat, autor de numerosos artículos en las más prestigiosas revistas biomédicas y de destacados capítulos de libros de Medicina en España y Estados Unidos. Para otros médicos es el experto en enfermedades contagiosas de guardia cuando surgen los problemas más difíciles de resolver. Trilla se siente orgulloso de su profesión y de sus colegas del Carlos III de Madrid que han salvado la vida de Teresa, pero advierte que parar la propagación de una epidemia es cada vez más complicado porque «los microorganismos no conocen fronteras y viajan con las personas». Y no tiene dudas cuando se le pregunta por teléfono por la polémica repatriación a España de los dos misioneros contagiados: «Yo también lo hubiera hecho, bajo la idea de que el próximo puedo ser yo».

Doctor Trilla, ¿estamos con el ébola ante la epidemia más grave de nuestra época?

Estamos ante una epidemia en fase de desarrollo por lo que es aún pronto para decir con claridad a qué riesgo nos enfrentamos. Existen otras enfermedades contagiosas que provocan más muertes que el ébola, pero sí es cierto que estamos ante la epidemia del virus del ébola más importante que hayamos conocido.

¿Está justificada la alarma generada?

Echo en falta un mayor rigor en el manejo de la información que se da sobre este virus. Insisto, hay otras enfermedades más letales que el ébola.

¿Cuáles?

El sida, la malaria, ciertos tipos de diarreas o la gripe. La mortalidad del ébola es del 70 por ciento, pero el virus no se transmite fácilmente y suele contagiar a una o dos personas. El del sida puede llegar a ocho personas y el de la gripe a 12.

La alarma comenzó con la repatriación del primer religioso español enfermo de ébola. ¿Considera buena idea la repatriación de los afectados por esta enfermedad?

Un ciudadano español que ayuda a los demás de forma voluntaria y asume riesgos de contagio siempre debería de esperar que su país hiciese todos los esfuerzos razonables por rescatarle.

¿Aunque la muerte por esta enfermedad sea casi inevitable y se ponga en peligro a las personas que tratan con el enfermo?

No quiero decir que todo enfermo tenga que ser repatriado, también debe de contar la opinión del propio enfermo, pero creo que es ético y moral apostar por las repatriaciones con garantías para que el riesgo de contagio sea controlado.

Pues en este caso sí que hubo contagio, ¿verdad?

Está claro que algo ha fallado.

¿Qué es lo que cree que falló?

Puede que existiese cierto grado de improvisación en la toma de decisiones y eso demuestra que tenemos que estar preparados y listos para capear con situaciones que pensamos que no se van a dar nunca. España, que goza de una sanidad moderna y potente, tiene que contar con instituciones que estén en perfecto estado de pasar revista para tratar enfermedades infecciosas.

¿Ve usted en estos traslados de enfermos españoles una decisión electoralista?

No. Yo también hubiera repatriado a los dos religiosos bajo la idea de que el próximo puedo ser yo.

¿Qué papel han jugado los médicos en esta crisis sanitaria?

Estoy muy orgulloso de mi profesión y de mis colegas del Hospital Carlos III de Madrid. Si ustedes viesen a lo que nos enfrentamos cada día sin dramatismos se darían cuenta de que en la sanidad, por lo general, todo el mundo da el callo para tratar a los pacientes con dignidad. Lo que habría que hacer ahora es mejorar la formación y la información sobre este tipo de enfermedades infecciosas. Debemos disponer de profesionales que aunque no sean muchos estén muy preparados.

Porque la propagación de enfermedades contagiosas es inevitable, ¿no?

Es una realidad. Los microorganismos no conocen fronteras y viajan con las personas.Y también con los animales.

Exacto. La mayor parte de los virus infecciosos comienzan en los animales para dar el salto en un momento determinado al hombre. Es necesario reforzar la comunicación entre médicos y veterinarios para hacer frente a las epidemias. Además, hay que hacer un gran esfuerzo para tratar de parar los brotes infecciosos en los lugares de origen.

¿Es Teresa Romero la única causante de su contagio?

Rotundamente no. Teresa es una profesional, voluntaria, que recibió una formación escasa y algo falló, no fue ella la que falló.

Qué es entonces lo que falló?

Puede que ni ella lo sepa. Parece ser que se pudo relajar al quitarse el traje cuando ya había fallecido el religioso que atendió. La operación de quitarse el traje, que es altamente contagioso, tiene que seguir un protocolo y es ahí donde falló el sistema, no la persona. Las personas somos falibles y para eso necesitamos sistemas de control que nos protejan.

La profesionalidad de Teresa Romero ha sido criticada por algunos políticos y médicos, ¿estamos jugando con fuego?

Los profesionales de enfermería son siempre los que asumen los mayores riesgos porque son los que más horas pasan con los enfermos. Creo que las declaraciones de algunos políticos han sido, como poco, muy desafortunadas y deberían por ello pedir disculpas claras y contundentes.

El consejero de Sanidad de Madrid ya ha pedido disculpas, ¿se acabó el entuerto?

Yo tengo una formación anglosajona que me dicta que cuando alguien hace algo mal debe de poner su cargo a disposición de su jefe. Otra cosa es que tu jefe no te acepte la dimisión y es entonces cuando puedes seguir adelante.

¿Es la recuperación de Teresa Romero prueba de que la Sanidad funciona a pesar de los recortes?

La recuperación de Teresa demuestra que el sistema sanitario español tiene buen nivel y sabe reaccionar ante una situación tan difícil como es la de un contagio de ébola. Hay que felicitar a todos los trabajadores del Carlos III y saber que Teresa ha tenido suerte, pero que no podemos cantar victoria.

En Estados Unidos ya están peor que nosotros. ¿En qué han fallado ellos?

Estados Unidos es mucho más grande que España y tiene más relación con los países africanos, sobre todo Liberia, que nosotros. Se han producido dos contagios y también entre personal sanitario. Cualquier sistema sanitario puede tener estos pequeños fallos pero confío en que este brote se pueda controlar por completo tanto en Estados Unidos como en España en las próximas semanas.

¿Cree suficiente el control de la temperatura que proponen ahora algunos países de la UE en sus aeropuertos?

Los controles de temperatura en los aeropuertos no garantizan en absoluto que se pueda frenar la propagación del ébola.

¿Sabemos cómo funciona ese virus?

Se transmite por la sangre y los líquidos orgánicos, fuera del ciclo animal, y de persona a persona. No se transmite por el aire, el agua o los alimentos y no es fácil de contagiar. Una vez infectados, lo que hace es dañar nuestros órganos con pequeñas hemorragias y burlar a nuestro sistema inmunitario. Después depende de la suerte y del estado de salud del infectado el que se salve o muera.

Por qué nuestros anticuerpos no pueden con el virus?

Porque el propio virus engaña y burla a nuestro sistema inmunitario que cuando se da cuenta de que ha sido atacado produce una defensa tan exagerada que también perjudica al organismo.

¿Por qué resulta tan difícil vencer la infección?

Porque no disponemos de un tratamiento efectivo para combatir el virus. De momento, lo que se hace es poner parches con medidas de soporte para ver si el enfermo sobrevive. Deberíamos de contar con una vacuna.

¿Por qué no hay una vacuna para prevenir el ébola? ¿Es que no interesa a la industria farmacéutica porque el mercado es todavía pequeño?

Las industrias farmacéuticas trabajan con criterios de mercado y cuando no existe un mercado suficiente pero sí una necesidad de salud pública debería de ser el Estado el que ayudase a esa industria con dinero para que desarrollase las vacunas necesarias. En este caso, y ante la presión y la alarma creada, llegaron a acuerdos rápidos para hacer pruebas con un antiviral experimental que ya tenían guardado en el armario y el suero de dos supervivientes.

Doctor Trilla, ¿sigue indignado con el sacrificio de Excalibur?

Reconozco que tengo perro y por lo tanto un conflicto de intereses. No hay evidencia de que los perros transmitan la enfermedad y creo que había medidas alternativas como su ingreso en un centro de alta vigilancia. Excalibur no era un problema real. En Estados Unido no han sacrificado al perro de una de las enfermeras contagiada.

¿Cree usted sinceramente que le puede afectar a la recuperación de Teresa Romero el sacrificio de su mascota?

Lo primero que tiene que hacer Teresa es curarse totalmente porque hay que estar pendientes de los órganos que el ébola le ha dañado. Ella parece una mujer fuerte y seguro que se curará totalmente. Después tendrá que saber lo que le ha pasado a su perro. Sufrirá, pero espero que ese dolor no afecte a su recuperación.

¿Cómo se supone que se ha producido el paciente cero de un virus que procede de unos murciélagos que habitan en África?

Es la historia natural de los virus. Estos murciélagos con virus están en contacto con primates y antílopes. Una familia caza uno de estos animales infectados y lo despieza para comerlo. Entra en contacto con la sangre y a partir de ahí comienza la propagación de la enfermedad.

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