En la Comunitat Valenciana existen más de 300.000 hectáreas de terreno forestal heredero de los grandes incendios de los años noventa en las que la falta de gestión ha provocado un «polvorín» a punto de estallar, según se puso ayer de manifiesto en el primer Congreso Forestal de la Comunitat Valenciana que se celebra en Alcublas.

Se trata de un territorio en el que la regeneración natural postincendio creó un tapiz uniforme de pinos, con densidades de miles de árboles por hectárea pero que no han tenido apenas desarrollo debido a la ausencia de gestión.

José Vicente Oliver, presidente de la Plataforma Forestal Valenciana (PFV), que convocaba el congreso, alertó sobre «la descontrolada acumulación de biocombustible en nuestros montes».

«Durante los últimos casi veinte años hemos tenido suerte, respetándonos las extremas condiciones climatológicas estivales. Sin embargo, el grave riesgo que supone el polvorín que vamos acumulando en nuestros montes abandonados lamentablemente quedó patente el verano del año 2012 con los dos grandes incendios de Cortes de Pallás y de Andilla. Desgraciadamente, el estado actual de nuestros montes y las condiciones extremas a las que están sujetos como resultado del proceso de cambio climático no descartan que volvamos a sufrir grandes incendios en próximos años», aseguró.

Se trata, en definitiva, de masas forestales extremadamente vulnerables y candidatas a ser escenario de grandes incendios, agravados en un futuro próximo por la acción del cambio climático y las dificultades de gestionar la creciente interfaz urbano forestal, según subrayaron los expertos presentes en el congreso.

Es tiempo de gestión y de programas de inversión, reivindica el sector pero también de un gran acuerdo que defina las bases de una política forestal llamada a perdurar en el tiempo.

La apuesta por una «alianza de las civilizaciones» tiene su propia versión en el territorio de la Comunitat Valenciana, donde el mundo rural forestal y los poderes públicos mantienen un desencuentro que dura ya décadas y que es responsable en parte de la creciente desertización, física y humana, del monte valenciano.

Preguntado sobre la posibilidad de un gran acuerdo impulsado por la Plataforma Forestal, el alcalde Alcublas y anfitrión del encuentro, Manuel Civera, dijo que no hay «otro camino» si la sociedad quiere «imponerse» a una «realidad tan dura» como la que simboliza este municipio valenciano, completamente arrasado por un incendio forestal en 2012 y parte de ese «desierto» que representa el 80% del territorio en el que apenas vive un 20% de la población.

Mientras, la directora general del Medio Natural de la Generalitat Valenciana, Salomé Pradas, anunciaba en el congreso lo que supone un cambio radical de enfoque por parte de la Administración, que ha consensuado con la PFV, de la que forman parte 31 asociaciones, instituciones, centros de investigación, propietarios, municipios, etc., las prioridades de inversión y la mayor parte de la gestión del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).

Según estimaciones de la Plataforma Forestal Valenciana, la puesta en marcha de una política forestal sostenible requeriría al menos 800 millones de euros a invertir en los próximos 20 años; con 100 millones para proyectos y planes en los principales municipios forestales y 700 para proyectos que permitan el aprovechamiento de recursos forestales, con especial atención a la biomasa.